Capítulo 16: Solo mantén la calma

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<<Solo mantén la calma >> se dijo Victoria a si misma <<Las cosas podrían estar peor. Ningún Franstrunio a la vista>>

Llevaba en la mano una herida producto de su caída, la sangre no dejaba de manar y ella no podía dejar de pensar en la posibilidad... de que esa sangre pudiese atraer a ese monstruo vampiro chupa sangre que Marizan había mencionado.

Al avanzar hacia el sitio donde comenzaba la escalera de la que había caído lo hizo deslizando un dedo por el murallón de piedra para asegurar que iba por el camino correcto. Fue despacio. La niebla le imposibilitaba ver poco más que un metro por delante de sus ojos y temía toparse de cara contra alguna roca.

Su plan era tan simple como alcanzar el inicio de la escalera. Mantenía la esperanza de sus amigos no se hubieran alejado demasiado de allí. No podía estar muy lejos. No tenía sentido que lo estuviera. Calculando el largo de los escalones de Carlos y la altura de la que calló Victoria consideró que no podía estar a mucho más de diez metros. Cuando pasaron varios minutos y no llegó a ningún lado comenzó a ponerse en verdad nerviosa.

Quizá había caminado en el sentido equivocado, afectada por el golpe o algo así... No podía haber mucha más explicación, la escalera y todo rastro de ella no pudo solo desaparecer en la niebla.

Para cuando tomó la difícil decisión de dar media vuelta y volver por donde había venido aquella idea inicial de <<Mantén la calma>> comenzaba a dejar de ser tan fácil de sostener.

Pasados muchos minutos de avanzar en esa dirección y sentir que nada cambiaba el <<Mantén la calma>> pasó de ser difícil a imposible.

La mano sangrante de la chica seguía sangrando. La pared de roca seguía lisa y sin rastro alguno de una escalera. El bosque en torno a ella parecía transformarse en la niebla al punto en que la chica siquiera fue capaz de reconocer el sitio donde había caído al volver atrás. No había rastro de nadie y ella ya no solo no sabía dónde estaba, cuanto se había alejado del sitio donde debían estar sus amigos sino que, en simples palabras: no tenía idea.

Si bien probó gritar por ayuda alguna que otra vez, no obtuvo respuesta alguna. Solo silencio. Silencio y viento entre los árboles, el movimiento constante en las copas rojas, el crepitar de las ramas bajo el peso de alguna criatura.

El miedo provocaba en Victoria una terrible sensación de frío que la hacía temblar de pies a cabeza. Escuchó los sonidos a su alrededor con atención. Podía ser perfectamente un franstrunio, un monstruo vampiro o alguna otra criatura malvada...

<<Mantén la calma >> se dijo una vez más <<Podrían ser tus amigos>>

Por esa sola esperanza Victoria renunció a la única cosa que le servía de referencia. Apartó la mano que mantenía en la pared de roca y se internó en el bosque hasta desaparecer en la niebla.

Agudizando el oído, la chica se movió entre los árboles. Ya no había sendero por lo que debió hacer a un lado las ramas y deslizarse por el suelo para lograr avanzar. Los sonidos se mantenían constantes y estaban cada vez más cerca. Victoria lo confirmó: Iba en la dirección correcta. Alcanzaría pronto a quien producía esos sonidos... lo cual podría ser muy bueno... o muy malo.

Frente a sus ojos se abrió un claro no muy grande. Algunos metros por delante estaba eso que producía los sonidos. Ella lo vio luego de que eso la viera y ella sintió mucho más miedo que la criatura pues esta no se lo pensó antes de echar a correr salvajemente hacia ella.

Al correr sus cuatro patas se movían con la velocidad de un puma a pesar de que su forma era grande y corpulenta como la de un jabalí. El tono grisáceo de su pelaje se confundía en el ambiente, muy a diferencia de las espinas azul brillante en su lomo. Pero de todo esto lo que más impresionó a Victoria fue el tamaño de sus dientes cuando la criatura se abalanzó sobre ella.

IncontrolableWhere stories live. Discover now