El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Maratón Nathan

Maratón 1/4

Narra Nathan.

Esa misma madrugada.

-¿Y a dónde vamos? -pregunté, dando después un carraspeo con la garganta y me acomodé en el asiento del coche ya casi con la verga parada al pensar lo que sucederá cuando lleguemos al sitio determinado.

Las imágenes depravadas de Lelé saltando sobre mi verga mientras que Josué me metía su polla en la boca embistiéndomela como un maniático no se alejaban de mi cabeza por más que cambiaba eso por un cielo nublado o una noche estrellada, queriendo que no sea notorio la marca en el pantalón.

-¿Vives con tus padres? -pronunció Lelé mientras jugaba con la yema de sus dedos y las trenzas de su cabello. Ella se hallaba sentada en el asiento que quedaba justo detrás de mí, con unos jeans azulados rasgados y una blusa de tirantes. Una de sus piernas estaba estirada, casi rozando con la bocina del carro. Josué era quien andaba manejando el coche y yo, obviamente, en el lado del copiloto.

-No -respondí con la voz media titubeante y el pecho acelerado por los nervios. Me sentía a gusto haciendo esto que hacemos, pero no lo encontraba normal. Esto que hacíamos sin duda no era algo normal. Una persona se hizo para estar con otra persona, no que estén tres juntas -, vivo solo.

-¿Y por qué no vamos a tu casa? -sigue indagando ella y se me dio por mejor por preguntarle su nombre real, de todos modos no iba a aceptar, mi departamento es un asco y hay gente en el alrededor que se quedaría prestando atención.

-¿Cuál es tu nombre? -ella no me contestó cuando le dije eso, lo que hizo fue mirar a Josué y este observarla por el retrovisor del coche -Sé que él nombre de él es Josué y el mío, por si no lo sabes, es Nathan.

Ya que podíamos vernos todos por el espejo del retrovisor decidí alzar las cejas al igual que los hombros en espera de su respuesta.

-Una de las reglas es no decir nuestros nombres reales -farfulló ella con un tono de voz diferente al seductor que tenía hace algunos segundos, uno donde empezaba a emerger furia.

-De una forma u otra lo íbamos a saber, ya esto no se ha vuelto una follada de una sola noche donde todos terminan felices, contentos y jamás nos vemos -ladró Josué con un toque de irritación en su forma de expresarse.

-¿Cómo él se sabe tú nombre? -gruñó la de tez oscura y trenzas en el cabello dejando el pase libre con su actitud y forma de expresarse a una discusión que no quería ni escuchar ni presenciar.

Josué se quedó en silencio y siguió con la mirada implantada en la carretera. Los vehículos pasaban a nuestros lados, con sus focos encendidos. Estábamos en la ciudad, acá los coches eran más continuos, había gente que caminaba de un lado a otro, incluyendo en las aceras, cruzando la calle, o deteniendo algún taxi. No eran tanta la gente que andaban en la calle en plena madrugada, pero tampoco pocas.

-Josué, te hice maldita pregunta, respóndemela -la tensión dentro del carro se podría cortar hasta con el aleteo de una débil paloma. Empecé a pensar que, lo más probable, ambos se conocían de antes, desde hace mucho tiempo, y la regla de no decir sus nombres era muy seria. La forma que le gritó la femenina no me dejaba pensar en otra cosa que no sea esa.

-¡Es amigo del novio de mi prima, coño! -acompañado del grito de Josué, le dio un golpe al volante del vehículo y mi corazón se detuvo cuando apretó los frenos de repente, deteniendo el coche de un golpe.

-¿Qué mierda? -tragué saliva y escaneé el semblante de la supuesta Lelé gracias al espejo, en ella noté que pestañeo varias veces, atónita, pasmada por el comentario del macho a mi lado.