Capítulo 82

1.3K 175 41
                                    


Capítulo 82

Narra Audrey

El día que me di cuenta de lo que Deniel me hizo, el mundo se me derrumbó.

Todo me cayó encima de repente, sin esperarlo, y tuve que aguantar un mar de dudas, de enojo, de rabia, de histeria, de confusión, de desilusión.

Cuando papá lo echó a golpes de casa me quise morir. No, no porque lo habían echado, sino porque lo quería conmigo y no que se vaya.

Pero aún seguía confundida, sin ganas de querer verlo, pero también con ganas de hacerlo.

Era un cincuenta y cincuenta por ambas partes, con una indecisión horrible.

El segundo día vino a casa, me di cuenta porque escuché la voz de Amy peleando allá abajo. Tuve una batalla con Triza y Eli, más con Triza, para que me dejara salir y verlo, necesitaba observar sus ojos, al menos para ver si esa manera lograba fortalecerme,  pero ninguna de ellas me lo permitieron.

Me acerqué a la ventana y luego de unos minutos pude ver como lo habían tirado al suelo, después se unió el vecino policía y todo finalizó cuando Azael se lo llevó.

A través de mi ventana pude contemplarlo en el auto, con un horroroso aspecto de no haber comido, ni dormido, quizás preocupado, seguro no había bebido agua en todos estos días y él sabía a la perfección que tenía que hacerlo al menos cinco veces al día.

Conmigo, nunca le faltaron los gritos de que vaya a la cocina a por un vaso del agua porque el día del veneno la doctora me recomendó que tiene que beber mucha más agua, y razones tenía porque a Deniel solo háblenle de cerveza y soda.

Nuestros ojos se conectaron por un rápido momento y eso hizo que mi pecho salte, que mis ojos se llenen de lágrimas y que apriete los dientes.

El tercer día me quería morir en definitiva. Mis mejores amigas se hallaban conmigo, mis padres sacaron muchísimo tiempo para estar conmigo y perdí la vergüenza cuando lloraba entre sus brazos.

El cuarto día intenté volverme empoderada, así como las chicas de series de televisión cada vez que rompen una relación amorosa y más con los comentarios de sustento que me daban mis mejores amigas, sin embargo, al verme al espejo me caí, no pude estabilizarme con mi propio cuerpo.

El quinto día me la pasé acostada, yendo al baño a vomitar de vez en cuando y pidiéndole a mis padres y a las chicas que no quería que vayan a mi habitación, que quería pasármela sola y que no necesitaba a nadie cerca de mí.

Ese día fue horrible porque a mi cabeza llegaron todos los sucesos que pasé con Deniel. Desde que lo conocí el día de mi cumpleaños número dieciocho hasta cuando terminó todo, deprimiéndome muchísimo más.

Y así pasó una semana completa desde que vi a Deniel saliendo de mi casa con Azael arrastrándolo a las malas para que deje de vocear mi nombre e intentar querer verme.

Una puta semana de mierda desde que lo vi fijamente a los ojos cuando se lo llevaban.

Y esa semana había sido de pesadilla.

—Audrey… —mamá se sentó a mi lado, entristecida. Yo me hallaba sentada en mi cama, con la mirada perdida —¿Quieres que te traiga algunas tostadas para que comas?

Negué con la cabeza sin la necesidad de hablar. Hasta hacerlo me molestaba, me dolía, me incomodaba. Mi garganta parecía tener un nudo extenso y bien atado que no me daba la autorización de poder soltar una palabra.

—Hija, por favor… —musitó mi madre, apenada. Le dolía mucho mi situación, no tenía duda de ello, pero más me jodía a mí que lo había vivido en carne propia —Debes de comer algo.

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora