El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 81

Capítulo 81

"Las consecuencias de mis actos"

Narra Deniel

Jodido.

Así estaba.

Esa palabra era una de las tantas que me definía.

Porque realmente eran muchas, y ninguna de ellas eran buenas o me daban la razón en el suceso tan desastroso que había ocurrido.

La melancolía, el terror, la soledad, el miedo, la terquedad, la tristeza, las ganas de saltar hacia el vacío desde el edificio más grande del mundo, las ganas de dormirme y no volver a despertar, eran de las pocas ideas que me jodían.

Ya había pasado un día completo en donde lo único que sabía era que mi vida estaba arruinada.

Un maldito día que pareció un puto año, un maldito día donde solo caminaba en el departamento, llorando, lanzándome al suelo sin saber qué diablos hacer.

Mi teléfono sonó por varios momentos, pensé que se trataba de Audrey y cuando me di cuenta de que se trataba de Leslie, lo devolví en la cama de un tirón derribándome en el suelo porque no me creía lo que pasaba.

Ella… no, por Dios, no, esto no me lo podía creer, esto, esto… esto era una mentira, no…

Busqué mi celular, no me iba a rendir, eso si no.

No la iba a perder.

La amaba lo suficiente como para no rendirme nunca en ciertas circunstancias. Ella… ella era mi todo. Audrey Mendoza era lo mejor que le había pasado a mi vida, ella me recogió en esa depresión y desamor profunda en la que vivía y lo que menos quería era perderla.

Entre los contactos que tenía, escribí en el historial de llamadas el apodo con el que la guardaba y dos gotas de lágrimas fueron las primeras en caer en la pantalla del celular cuando lo leí. Ella nunca iba a dejar de ser mi princesa, no podría asimilar si algún día ella se iba.

Le di a la opción de llamar, colocándome el celular en mi oreja y mordiéndome los labios por los nervios. No negaba que me encontraba asustado, la verdad que me aterraba el hecho de que no tome la llamada o escucharla llorar. Eso último me pondría peor.

La llamada fue contestada, y detrás de ella se escuchó lo siguiente: 

—¿Tienes unos huevos muy grandes, Deniel? —de mis ojos cayeron más lágrimas cuando escuché lo que dijo la mejor amiga de Audrey, Amy.

—Amy, por favor… —mi garganta estaba quebrada, dolía pronunciar una palabra y por esa razón se escuchó como un hilillo cuando le hablé a la rubia.

—Cállate —apreté los ojos, dejando que las lágrimas salga con más frecuencia, pasándome la mano disponible por la cabeza y dando vueltas en la habitación.

—Amy, ponme a Audrey, te lo suplico… —le pedí a la que me hablaba del otro lado sin importarme una mierda mientras que lloraba como un idiota, como lo que malditamente era.

La jodí.

Ella dio todo por mí y le pagué de la peor manera: hiriéndola de una forma que parecía irreversible.

Escuché a Amy decir algo que no iba en dirección a mí, por más que pude quise escuchar lo que dijo Audrey a lo lejos porque logré oír su voz.

Era la de ella, y lo peor era que sonaba destrozada.

—Ella no quiere hablar contigo, Deniel, adi… —no dejé que ella termine de colgarle así que me apresuré a hablarle con la intención de que Audrey pudiese escucharme, porque era lo que quería, que me escuche.