Capítulo 93

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RECUERDEN QUE ESTOS CAPÍTULOS ESTÁN SIN EDITAR. PERDONEN LA TARDANZA. 

Capítulo 93

“El funeral”

Narra Audrey

Deniel no había dejado de llorar desde que salimos del hospital donde seguía el cuerpo de Colehed Ventura. Azael entró en un estado caótico donde tuvieron que medicarlo para dormirlo, porque aun así era resistente a la anestesia y de la única manera que se calmó un poco fue cuando Amy lo acompañó.

El funeral de Colehed era hoy.

El día también estaba entristecido, eran muy pocas las veces que el sol se ocultaba y el ambiente se ponía de un modo tan triste, tan grisáceos, tan apagados y silenciosos.

Mi corazón quebraba los pedacitos ya quebrados, esas miniaturas que quedaban, cada vez que Deniel llegaba a un lugar y se caía a llorar. Le decía que todo iba a estar bien, que no lo iba a dejar en estos momentos y me rompía yo misma por no saber si lo que decía era verdad, cosa que quería, o era mentira, cosa a la que le dudaba.

Salimos del hospital a las cinco de las madrugadas. Desde que me dieron la noticia absolutamente nadie de nosotros habíamos dormido y por más que le dije a Deniel que duerma un rato él se negó.

No me gustaba que pase tiempo sin dormir, sus ojeras se harían notar rápidamente y mi mente ponía a reproducir esas escenas mentales donde le peleaba cuando se quedaba con Josué hasta tarde a dormir o cuando me decía que iba a leer un capítulo más de algún libro y al otro día seguía leyendo.

Eran las tres de la tarde. Las tres y treinta y dos para ser más específica. A las cinco teníamos que estar en el funeral de Colehed, justo en el cementerio donde enterraron a los padres de Deniel, a Chest y sabía que eso sería mucho más doloroso para él.

—Ven —le pedí a Deniel, quien parecía un cuerpo andante.

Me puse delante de él y le fui quitando la camiseta que traía puesta. Mis dedos de obligación tuvieron que rozar con su cuerpo mientras deslizaba la camiseta, haciendo que una corriente me recorriese y que fuese mucho más punzante cuando sus ojos y los míos tuvieron esa conexión tan cercana.

Entre este momento y los tantos que habíamos tenido Deniel y yo antes había muchísimas diferencias. Antes él me miraba con picardía, yo sonreía con malicia, el ambiente ayudaba a nuestro favor y nuestros corazones no estaban tan rotos.

Ambos éramos tan jóvenes, tan llenos de vida, pero ahora parecía que lo que menos queríamos era seguir respirando.

Lancé su camiseta a mi cama. Era inevitable no ver su cuerpo. Sus tatuajes que me cautivaron y me causaron curiosidad desde el momento que me bailó, desde el momento que las luces danzaban en su cuerpo como si lamiese cada parte de este.

Sin embargo, algo raro había. Él tenía otro tatuaje, uno del que no me había dado cuenta y de que era nuevo, pues ese cuerpo lo conocía de arriba hasta abajo. Se encontraba encima de su pezón izquierdo.

“Princess” era la palabra, pero debajo de esta también había otra que decía “Baby”, y las dos tenían un guion adelante, como si se tratara de un dialogo.

Tragué saliva y se me nublaron los ojos. Deniel me miraba, podía sentir su mirada encima de mí y verlo a los ojos iba a acabar conmigo.

Desbroché su pantalón para que pudiese quitárselo él mismo, pero seguía con esa fuerza tan inestable, como si no lograba estabilizarse él mismo con su propio peso. De verdad que parecía un alma sin fuerza, una persona que lo único que hacía era intentar caminar, solamente eso, y me dolía bastante verlo de esa forma.  

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Where stories live. Discover now