El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 30 Parte 2

Capítulo 30 Parte 2.

“La llegada de Josué; mi primo”

—Mamá y papá quieren que me vaya a la Ciudad de México con ellos y yo lastimosamente no quiero ir.

Abrí los ojos con cierta perplejidad bastante notoria en las facciones de mi cara, entreabriendo los labios y echándome una hebra de cabello hacia atrás. Me recosté en la cama, tomando una almohada y colocándola en mi cabeza para de esa forma quedar más cómoda.

—¿Y por qué razón no te vas a la Ciudad de México si te encanta viajar allá? —pregunté con duda en mi forma de hablar a la misma vez. Levanté más el celular, viendo la cara de Amy mientras comía en el comedor de su casa. Ya había observado varias veces ingiriendo el alimenta con una cuchara y jugo de no sé qué sabor.

—Me he divertido bastante aquí y no quiero irme hasta allá, siento que me pasaré cuatros meses de pura catástrofe estando sola. —Confesó, colocando un puchero al instante que entraba un cubierto con un trozo de carne.

—Uy, vaya, eso es bastante raro viniendo de tu parte, a decir verdad. —Declaré, aun confusa por la opción de no irse con sus padres —Tú eres la ama de crear amigos donde sea y cuando sea, creo que no hacer algún amiguito o ligue en Ciudad de México se te hace difícil.  

—Pues es que estoy un poco cansada de tantos viajes, de aquí para allá, de todas esas mierda. Me voy a quedar aquí mientras mis padres se van a solucionar unos temas del trabajo.

—Pues está súper. —Declaré, sonriente por su decisión ya tomada —Aunque dudo que te la vayas a pasar sola en tu casa, eh.

—Sola, sola, no. —Abandoné una carcajada de mi boca y ella me acompañó dando algunas cortas. Amy ni loca se quedaría sin nadie cerca en su gigantesco recinto. Pasarla bien y más con chicos es su segundo nombre —Pero tampoco es que meteré chicos o algo así.

Me sorprendí aún más por su comentario:

—¿Qué no meterás chicos, dices? —fruncí el entrecejo, abriendo la boca para fingir estar confundida —¿Qué has hecho con la rubia loca que cambia más de chicos que de celulares? —indagué, gritando en voz alta.

—¡Ay, pero no me tomes por puta! —Bufó la rubia de piel pálida del otro lado de la pantalla del teléfono colocando un puchero fingido —O sea, te repito que sí soy puta, pero me ofende.

—Jaja —me reí, burlándome de ella y su comentario —, okey, señorita.

—Por cierto, te quería invitar a una o varias noches para dormir aquí, creo que esta semana completa ya que la otra Eli se irá para donde su tía por dos meses creo, o quizá para quedarse hasta que finalicen estas vacaciones, de Triza no sé, pero no creo que se vaya.

En el mismo instante que de la boca de la rubia salió el nombre de la chica de rizos y lentes que intentó provocar que mi relación con Deniel sea un fracaso inventándole falsas cosas a mis padres el mismo día que decidí contarles a ellos sobre la existencia del stripper en mi vida me di cuenta de que debía de reclamarle a Triza por eso.

Me mordí los labios y abandoné una pregunta para la rubia:

—¿Estás segura de que Triza irá allá?

Mi semblante cambió a uno controlador, pensante.

Amy me brindó la respuesta que estaba esperando:

—Sí, lo más probable es que sí. No ha dejado de preguntarme por ti estos días. ¿Ha pasado algo entre las dos otra vez? —inquirió, con un tonillo asqueado y con poca tolerancia. —Quiero saber cuándo dejará de dar tanta pena ajena con sus típicos comentarios a tu novio. Hasta me apostó de que tú y Deniel habían terminado, pero yo me quedé tipo: sí, mija, cada loco en su psiquiátrico.