Capítulo 85

1.5K 166 6
                                    

Capítulo 85

Narra Azael

“Un dolor con grave consecuencias”

Nunca en mis malditos y horríficos veintisiete años me había enamorado.

Y viví pensando que el amor era una estupidez, una debilidad, algo completamente ridículo y absurdo que las personas tenían sobrevalorados pintándolo como lo más perfecto del mundo.

Pero esas creencias se hicieron verdad cuando la conocí a ella, cuando mis labios besaron los suyos, cuando su cuerpo y el mío estuvieron juntos, cuando su aliento chocó con el mío, cuando sus ojos observaron los míos.

Nunca creí que me enamoraría de alguien, por mucho tiempo en mi juventud quise probar esa sensación, saber lo que por dentro lograba sentir esas personas que pasaban de un lado a otro con las manos entrelazadas.

Veía a dos chicos, a dos chicas, a un chico y a una chica, besándose y me gustaba probar lo que sería eso. Nunca me etiqueté como una persona a la que tendría solamente amor a un sexo, no. No me consideraba ni gay, ni bisexual, ni hetero, ni nada.

Y ahora si sabía lo que era, sabía lo que me gustaba, sabía lo que quería y eso se trataba de: Amy, esa rubia que no podía olvidar y tampoco quería hacerlo.

Trabajé en un club donde pasé, y claro que también me pasaron, cosas horribles. Eso fue lo que me secó, lo que me jodió por completo haciendo que desde crío dentro de mí nazca una sensación de devolver golpes para recibir placer antes de follar.

Era como un castigo que le daba a otras personas, devolviéndoles las cosas que me hacían a mí, sacando todo ese maldito dolor interno que nadie podía entender y que me agobiaba.

Conocí por aplicaciones a personas que le gustaba lo que a mí me encantaba hacer: saciar mi dolor, maltratar, hablarle sucio, dejarle en claro de que yo era lo mejor del mundo, diciéndoles que yo era el amo y ellos una mierda a la que cualquiera pudiese pasarle por encima.

Me follé y maltraté sexualmente a gente que ni me importaba si eran gais, si eran curiosos, mujeres, transexuales, no binarios, nunca me importó el sexo o la orientación de esas personas, solo maltratarlos, dejándole en claro una cosa:

Yo era el amo y ellos los plebeyos, y eso nunca en la vida iba a cambiar.

Les maltrataba con fustas, látigos, les usábamos con más personas con mis mismos gustos como si fuesen un objeto sexual, cosa que en ese tema si eran pero que fuera de ese cuarto tenían una vida, un empleo, quizás una familia, no me importaba pero hacíamos de acuerdo con nuestra propia ley.

Con esas personas nunca follé más de dos veces, solo era una vez, quizás dos, pero jamás les volvía a ver y ninguna mujer, hombre, lo que sea me interesó.

No como ella, no como a Amy.

Con Amy supe que la primera vez que follamos me hizo querer una segunda, una tercera, una cuarta… Con nadie salía a restaurantes lujosos, excepto con los chicos pero ellos eran como mis hijos. Nunca salí con otra persona a casa de campo, ni le pedía que sea mi novio, ni me enfrentaba con padres, ni me prendía con el único hecho de escucharla hablar, ni… ni hacía nada de lo que hice con ella.

Porque Amy era y siempre iba a ser superior a todo el putrefacto mundo.

La única con la que tuve un poco de apego fue con Leslie, y algo que iba a hacer el resto de mi vida era maldecir el jodido poder que tuvo ella conmigo y con Deniel.

Cuando conocí a Leslie tuve que controlarme las miradas para no cometer una puta locura, porque ella y Deniel se hicieron novios a los dos meses de conocerse en un centro comercial sin embargo cuando poco a poco ella y yo fuimos platicando pude notar un… un aire que brotaba de su interior que si no me controlaba la polla terminaría hiriéndome a mí y a alguien quien era como mi hijo.

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Where stories live. Discover now