El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 36

Capítulo 36

Días después.

Último sábado del mes de Junio.

Narra Audrey.

-¿Qué opinas de ese? ¿Crees que está bien? -Deniel a veces resultaba ser un poco tedioso e inseguro de si mismo. En pocas sucesiones entendía que sus propias decisiones yo siempre las iba a respetar y apoyar -Dime la verdad, por favor, princesa.

-Bebé, amor de mi vida... -me volteé hasta quedar con su mirada fija en la mía, frente a frente, enganché mis brazos encima de sus hombros y le di un corto beso en los labios. Después de separarme de él, seguí diciéndole: -Todo lo que elijas, todo lo que pienses, absolutamente todo está bien.

-Audrey... -me abrazó y empezó a moverse de izquierda a derecha con ternura -Siento que dices eso tan solo para salir de mí, princesa -se apartó y en él vi el puchero inocente que colocó.

-A veces dices cosas muy sin sentido, ¿si sabías? -lo miré a los ojos castaños y volví a darle otro beso en los labios -Esta igual a todas las que hemos visto, amor, está hermosa.

-¿En serio? -sacó su labio inferior y adentró más el labio de arriba, parecía un niño pequeño.

-Sí -entrelacé mis dedos con los de su mano -, además, el camión de la mudanza ya viene, de una forma u otra lo vas a tener que aceptar.

-Dame un beso a ver si es verdad que está bien bonito el nuevo depa -propuso mi stripper que jugaba con sus dedos y los míos, regalándome una sonrisa pícara.

Le obedecí y le di otro beso mucho más largo, levantando los pies para poder estar más a su altura. Me separé de él y quiso otro más así que, maldadosa, me alejé.

-¿Me das otro beso, por fa? -volvió a poner su carita entristecida y la mirada media gacha -Es que ese no me gustó.

Solté varias risillas por su comentario, no obstante, hice lo que me pidió en ese tonillo tan tierno e inocente. Me puse de cuclillas y le di otro beso en la boca. Intercambiamos saliva y nuestras lenguas juguetearon por segundos. Me quité porque cuando Deniel metía su lengua en mi boca y hacía lo mismo con la de él era difícil que nos queramos apartar.

-¿Te gustó ese? -le indagué.

Él empezó a mirar hacia arriba y mover la cabeza a los lados, pensando, buscando una respuesta a la pregunta.

-No, -dijo, moviendo la cabeza a los lados y con las cejas fruncidas -dame otro.

-No molestes, Deniel -le brindé un golpe en el pecho, rodando los ojos.

Los ladridos de un animal tierno se hicieron presente mientras nos dábamos la vuelta. Chest corría a toda velocidad hacia nosotros, yo me agaché, abriendo los brazos para esperarlo con ellos abiertos. Se lanzó encima de mí a lamerme la cara y los brazos, dando volteretas.

-Chest... -jugué con su vientre haciéndole cosquillas para que se retuerza en el piso -¿Cómo estás, chiquito? -seguí haciéndole cosquillas mientras se retorcía. Deniel se agachó a mi lado con una sonrisa pegada en su cara como postal.

-Nuestro chiquito cada día está más grande.

Ambos fuimos interrumpidos por el ruido de una camión que supuse desde un principio que era el nuestro. Me levanté del piso dejando a mi novio jugar con el cachorro para acercarme al camión del cual empezaron a bajar varios hombres vestidos de azul. Uno regordete con una gorra del mismo color que su traje vino hasta mí con un cuaderno abierto en manos.

-Hola, buenas tardes -saludé con educación al hombre que vino hasta donde mí. Le estreché la mano y él me saludó de la misma forma.

-Buenas tardes, señorita.