El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 11

Capítulo 11

Narra Deniel.

—Es más excitante si me la vas a quitar.

Y tras mis palabras, le guiñé un ojo a Audrey mientras que Nathan me jalaba por mi brazo derecho hasta entrarme dentro del club, dejando ver como la chica que me vino a pedir disculpas se sonrojaba.

"Se ve tan hermosa así".

Audrey.

Ella.

No llevo tiempo suficiente conociéndola, y eso me hace sentir querer saber más de ella.

Es que tiene algo... algo que me gusta, que me atrae.

Que sí.

Que me enloquece.

Esta semana que pasé sintiéndome culpable por lo que dije, de que ella estudia en universidad adinerada, pero poca inteligencia, me dolió mucho. Y ni siquiera medí mis palabras cuando lo hice.

Audrey tiene algo que de verdad me gusta. Ella no es como las demás chicas, porque si fuese una como ellas, un día después de bailarle en su cumpleaños, o esa misma madrugada que estaba en el club y dormí con ella, lo hubiésemos hecho. Pero no lo hicimos porque ella es como tan... tan... jodidamente tranquila. Como si no rompiese un plato. Como si nunca ha sentido ni visto cosas perversas, como si yo fuese lo primero que ha provocado esas sensaciones en ella. Esos sonrojos. Esos nervios. Eso es lo que me gustó apenas vi sus ganas de correr en la fiesta de su cumpleaños.

—¿Ya te hizo la chica un oral, pedazo de idiota? —me di media vuelta y quedé con la mirada fija en Azael, quien se le notaba lo enojado que estaba.

—Azael —le llamé mientras caminaba hasta subir a la tarima —Vete a la mierda.

La sonrisa de felicidad por ver el rostro de Audrey no se quitó de mi cara en ningún momento. Y ni tan siquiera el estado del idiota de Azael me lo iba a quitar.

—Deniel como que vino muy contento, eh —farfulló Jayson desde una de las sillas.

—Deniel, pero como que terminaste muy rápido —ladró Archie, quien estaba acostado en el piso y con la cabeza apoyada en una pequeña almohada.

—Número uno, imbécil —lo miré para reclamarle —: nosotros no hicimos nada, número dos es una amiga, más bien, esa es la chica de la fiesta a la que le bailé hace una semana, en la fiesta de cumpleaños, y número tres —esta vez clavé mis ojos en Azael, quien escuchaba y miraba con un semblante serio —Archie tiene una almohada de las habitaciones, ¿tú se la has prestado?

Al final soné burlón y supe que molestaría el doble a Azael. El mismo caminó hasta Archie, pero este ya se había levantado y dejado el cojín en unas de las sillas, mirándome con odio y sacándome la lengua, soltando: "púdrete, chivato". Le saqué la lengua, divertido.

—Vamos a esto, chicos, levántense. —Ordené, animado. Los demás me vieron confundidos, como si lo que hubiese dicho algo raro. —¿Qué?

—Viniste muy animado, de verdad que sí —continuó diciendo Jayson —. ¿Te trae loco esa chiquilla?

La pregunta de Jayson esperaba respuesta de todos, porque todos arquearon sus cejas esperando a que les responda.

—No. —Esa fue mi respuesta, pero luego de una pausa, la continué, algo dudoso. —Bueno, obvio que no, nos conocimos hace poquito.

—Yo sí creo en el amor a primera vista —farfulló Nathan desde su lugar. Todos lo miramos.

—¿Sabes tú lo que es amor, Nathan? Porque si llamas amor a meter y sacar tu aparato reproductor masculino en cada lugar que se te antoja, pues no, eso no es amor —le dije mientras que todos soltaron carcajadas y afirmando lo que yo había dicho.

—Bueno, es lo mismo —Nathan levantó los hombros —. Pero si, vamos a practicar.

Y así fue.

Azael llamó a los demás para que dejen el descanso y comenzamos a prepararnos. Azael explicó en tono calmado algunas cosas que necesitábamos hacer para movernos más y en cada escena de la canción también. Luego de un: "Vamos, nosotros podemos" empezamos a lo del baile.

La música de somo: or nah, Jayson se encargó de colocarla, listos para la coreografía.

Antes de comenzar las letras de la música, empezaban un ritmo algo pegajoso, ese ritmo lo utilizamos para caminar de manera lenta, a pasos muy lentos para así ganar más tiempo, mirando los seis hacia el frente.

Cuando las letras de la música se comenzó a escuchar, cada uno de nosotros comenzamos a hacer ademanes con las manos, y dando sensuales pasos, incluyendo vueltas despacio.

Y de esa manera fue toda la música.

Ningunos nos perdimos.

Y yo, que tenía una semana intentando este baile, que me salía mal, me salió perfecto.

Cuando la música terminó todos nos aplaudimos y nos abrazamos, llenos de felicidad.

—¡Eso, Deniel, cojones! —chilló Azael, saltando hasta abalanzarse encima de mí como un bebé.

—¡Azael, estoy sintiendo tu estúpido pene erecto en mi pecho, quítate! —grité, intentando apartar al masculino de mí, pero aún estaba como una garrapata. Su cuerpo atrapado en mis brazos pesaba, pero podía con él. Es normal que todos nos abalancemos encimas de todos nosotros. Nosotros vendríamos siendo cada uno hermanos, aunque no hayamos tenido la misma mamá o el mismo papá.

Azael se quitó de encima de mí dándome con un golpe leve por el hombro.

—Oye, ¿Y cómo aprendiste tan rápido todo, eh? —dijo Archie acercándose a mí y dándome un golpe por la cabeza con sui mano.

—Fue la chica.

Soltó Jayson.

Y sí, creo que fue por ella.

—¿Quieres hablar de ella, hermano? —Azael me miró mientras me soltó la pregunta.

Asentí.

Los seis nos reunimos en un círculo encima de la tarima. Sentía pena por hablar, pero aun así lo iba a hacer, además, la confianza que teníamos todos era mucho mayor.

—Se llama Audrey —empecé. —Es una larga historia que les contaré, pero a lo que vino es a pedirme perdón.

Luego de mis palabras, Azael se aproximó a decir:

—¿Sabes que eres stripper?

Asentí.

—Por eso me vino a pedir disculpas... —comenté —Ella me llamó prostituto, pero vino a pedirme disculpas por eso, que lo sentía, y de verdad lo siente, se notaba en su carita.

Varios Uyyyy fueron sueltos por los demás mientras que mi cara se empezaba a tornar roja, me ardía.

—Oye, Deniel —habló Nathan, mirándome —Sabes que nosotros los strippers somos muy juzgados, y si esa chica te llamó prostituto y luego vino aquí a pedirte perdón, vale la pena. Nadie lo hubiese hecho.

—Lo sé —murmuré mientras reía, recordándola —. Sé que ninguna chica hubiese hecho esto.

—Deniel, hermano mío —Archie se acercó a mí y me dio un abrazo. No lo esperé, y no lo entendí mucho —Te amo bastante.

—¿Gracias? —fruncí el entrecejo.

—No, no me des las gracias, dame de eso que te trajo tu novia Audrey y que está allá.

El de cabello anaranjado señaló el bolso plástico con los recipientes y todos, por su comentario, reímos.

"Novia Audrey"

Me encantó eso.