El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 66

Capítulo 66

Narra Silvia Caballero (Inspectora)

Perder un caso nunca fue una opción, para esa mierda no estudié ni trabajé durante todos estos años, esforzándome cada día más para no ser un estorbo policial como lo eran las mayorías de estos imbéciles.

Yo era la mejor inspectora, la que pocas personas le jodían una escena y la que conocía siempre las dos caras de la moneda. No creía en el "mi exesposo abusó sexualmente de mí, arréstenlo", más bien creía en el "¿por qué terminó la relación sentimental entre usted y su esposa?" Muchos casos llegaron a mi vida donde creerle a una victima era sentenciar a un inocente.

Pero nunca me dejé engañar. Jamás. La mejor en casos de desapariciones, muertes, en buscas de testigos y supuestos secuestros de hijos para pedirles secuestros a sus padres, todos descubiertos por mí. Yo misma me admiraba al igual que muchos por desmantelar casos que eran mentiras.

Y este puto caso con el de Azael Carrasco, solo que se cambió su apellido a Arias, se me había hecho más difícil que tener un puto pene dentro de mí, me asqueaba el único hecho de sentir esa sensación. Los hombres no eran lo mío.

—¿Entonces tú qué piensas hacer con ese tal Azael? —preguntó mi compañero David, quien estaba muy relajado debajo de una palma en Hawái cuando todos creían que él se encontraba conmigo resolviendo este caso, eso era parte del trato que me hizo.

—No sé, ese imbécil me quiere voltear las monedas —abatí, volteándome y señalándolo —. No dejaré que lo haga.

Hablábamos por Skype, lo hacíamos todos los días, siempre le gustaba estar al tanto de lo que hacía para así cuando su padre le pregunte sepa lo que debía de responder sin titubear o ser descubierto del plan.

Arreglaba algunas cosas de comer en la cocina, por eso me puse de espaldas evitando verlo ya que la laptop se hallaba encima de la mesa.

—¿Cómo está tu novio? —pregunté por Elvin, ambos sabíamos que no me caía bien su pareja, de todos modos no era la mía así que lo respetaba con sus estúpidas decisiones.

Elvin era muy autoritario, siempre quería que David esté ahí con él sin importar nada y cuando decía que no podía terminaba haciendo un drama que cedía a mi compañero a sus caprichos de niñato.

—Pensé que no te agradaba —lo escuché decir. Tomé un trozo de pan, volteando la cabeza para verlo sonreír a través de la pantalla. Levanté una ceja, viéndome divertida.

—No me agrada, solo quise preguntar por él —articulé, sonriendo malévolamente cuando una idea me llegó a la mente para molestarlo —. ¿Será que un tiburón me hizo el favor de comerle la cabeza?, estaría muy agradecido con el planeta si me hiciera ese favorcito tan pequeñito.

—No vuelvas con lo mismo —refutó él observando a los lados con una sonrisa en la cara, rodando los ojos —. Está bañándose en la playa con unos chicos y unas chicas que conoció acá un día después de que llegamos.

No iba a interpelar en eso, quería hacerle una broma algo oscura y gracias al cielo que pude medir mis palabras que quizás podrían herirlo. Elvin le había hecho infiel a David por cinco veces, él siempre lo perdonó aunque también se sintió como la victima gracias a su imbécil novio diciendo que no tenían tiempo, que su trabajo, que la soledad y cosas imbéciles que brotaban de su boca.

—¿Y qué hacen ustedes bañándose a esta hora de la noche?, debería de estar haciendo un frío de puta madre —gruñí, agarrando más pan y esta vez fui al refrigerador a buscar un vaso de leche.

—Sí, hace frio —suspiró, asintiendo —. La playa está muy iluminada con faros. Además no quería venir, Elvin me obligó y tuve que acceder para que no se ponga triste.