El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 74 Parte 1

Capítulo 74 Parte 1

“Inspectora vs Azael”

Narra Azael

Ya no sabía qué demonios hacer, cómo diablos actuar, qué carajos pensar o qué mierda decir porque todo se había jodido en la mayor parte, y me asustaba, me aterraba el hecho que se complete y que pierda todo.

No, no a lo todo material, sino a ellos.

A los chicos.

A Nathan.  

Ya iban cinco días en los que me sentía de la misma manera, es más, creía que al pasar de los días me sentía peor al darme cuenta de que él no estaba conmigo, de que no estaba practicando con nosotros como debíamos de estar haciendo, que él no estaba en su departamento o follando con su novio y su novia.

Esta no se la iba a perdonar a Nathan. Ya se había pasado de los límites, yo creé un puto plan para sacarlo de esta, él no era ningún culpable, todo lo que dijo fue una puta mentira y de nada sirvió lo que le indiqué a decir.

El imbécil de Nathan no estaba en buen estado, claro, eso era obvio, había pruebas, había testigos que nunca se presentaron a confirmar si era en real él quien estaba donde su padre. Nadie nos vio, aunque lo más probable era que Nathan se dejaba ver sin darse cuenta de otras personas.

Pensé en los chamacos, ellos eran una posibilidad, sin embargo los descarté, ellos eran críos y no sería de profesionalidad que una inspectora como lo era Silvia Caballero interrogue a niños sin autorización de padres, los niños eran los que menos me preocupaba porque a mi entender eran los más fáciles de manipular para que puedan decir cualquier cosa a cambio de cualquier cosa. 

—Azael —el padre de Amy me saludó cuando entré a la sala de estar.

Unas empleadas se hallaban preparando unas cosas en la mesa, seguro y se trataba del desayuno puesto a que eran las ocho de la mañana, a esta hora acostumbraban a comer aquí.

—Hola —le devolví el saludo, serio.

No podía cambiarlo, esta era mi forma y tampoco tenía pensado cambiar mi manera de actuar. Menos cuando los problemas me acojonaban, porque esto de Nathan eran como patadas en los huevos a cada segundo poniéndome a retorcer.

—Siéntate, por favor —apenas llegué a la mesa hice caso, sentándome en la silla que me dejaba frente a él. Las mujeres continuaron con la labor de poner las cosas en la mesa.

En estos momentos me molestaba hasta la vida.

—¿Qué te apetece? —preguntó y respondí lo que mi garganta necesitaba, lo que había bebido durante estos malditos cinco días que me atormentaban.

—Whiskey —me relamí los labios, mirando la mesa.

—No —contestó el padre de Amy y elevé la mirada para verlo, enseriado.

—Pues entonces no me preguntes lo que quiero —gruñí con malhumor. Si no me iba a dar el puto alcoholo entonces no sabía para qué diablos me decía que si quería algo.

—Azael… —el padre de Amy tomó un vaso de cristal con jugo dentro que las empleadas le habían servido. Jaló un plato que contenía pan tostado y le echó algo por encima —Deja de actuar como un maldito adolescente, porque eso es lo que pareces, así que trata de calmarte.  

—Otra vez con la misma mierda —maullé, rodando los ojos y echándome hacia atrás —. ¿Me vas a dar si o no el puto Whiskey?

—No es con la misma mierda y no, no te daré el maldito Whiskey —acotó él, llevándose la comida a la boca y hablando con suma tranquilidad.