Capítulo 10

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Capítulo 10

La comida se estaba enfriando, lo sabía porque ya las palmas de mis manos no sentían el caliente del recipiente por el cual emanaba el calor que había provocado la pasta y lo demás. En este momento estaba dentro de un taxi que, al parecer, el chico que lleva como nombre Willy y que ha decidido ayudarme a buscar a Deniel, conocía al piloto. El mismo estaba a mi lado, utilizando un celular, muy concentrado mientras tecleaba con gran rapidez y eficacia, sin despegar los ojos de la pantalla la cual tenía el brillo intensamente alto.

Lo miraba de reojo algunas veces, de forma disimulada. No podía negar que él me parecía bastante extraño, raro. En el transcurso del camino íbamos todos en silencio, como un cementerio. Por esa razón, para querer entablar una conversación, quise preguntarle el porqué de esas extrañas y notorias marcas negras debajo de sus ojos, en los pómulos, pero luego pensé que si le pregunto eso yo sonaría muy metiche y quizás me responda de mala forma, aunque el chico no parecía ser así, sentía que era más solidario, y con este gesto de traerme en el taxi de un desconocido me da ese aire de confirmar que el joven es muy amable, gentil. Además, lo más probable es que el chico no duerma de noche o que amanezca despierto, sería así como tipo fanático a los videos juegos y eso, y viendo la intensidad tan brillosa de su móvil, lo confirmaba más, por eso esas marcas.

—Oye, Willy, cómo has estado este tiempo.

El silencio que había entre nosotros tres, dentro del auto, fue interrumpido y cortado por una pregunta que no fue para mí, pero no pude evitar mirar por el retrovisor que estaba en frente, mirando al hombre, quien estaba con la vista enfocada al mencionado y dando a entender que a él se refería.

—Estoy bien, estoy bien. Algo cansado, ya sabes.

Respondió Willy sin apartar la mirada del celular, pero una sonrisa tierna se plasmó en su rostro como muestra de que lo había escuchado.

—¿Y cómo va el tratamiento? —preguntó el mismo hombre, ahora viendo hacia el frente.

—Bah —bufó el chico, despegando ahora la mirada del aparato tecnológico, apagando la pantalla de este y guardándolo al instante de ejecutar aquellas acciones en sus bolsillos. Se estiró un poco hacia atrás para poder introducirlo en el lugar correspondiente —Eso es una completa pérdida de tiempo y de dinero, obviamente.

—Willy —el llamado del conductor pareció ser un regaño hacia el chico, en tono un poco gruñón. La tensión que había dentro del auto se volvió una curiosa para mí, pues no sabía de lo que hablaban o a lo que se referían —, debes de intentarlo al menos. Quien no intenta, no lo consigue.

Willy pareció tomar lo que dijo el conductor como un chiste porque, medio burlón acompañado de risitas con la garganta, soltó:

—Intenté millones de veces decirle a mi crush que me gustaba y no sirvió de nada.

—Willy —llamó otra vez el conductor, serio.

Willy dejó su tono sarcástico y decidió responder lo siguiente:

—Lo he hecho, Miguel, lo he hecho. Créeme que hice todo lo que tuvo en mis manos, pero me resigné, ya no vale de nada.

Alternaba la mirada como toda una chismosa en busca de respuesta entre ambos masculinos quienes hablaban con total confianza y firmeza, como si ya supiesen.

—Debes de hacer el esfuerzo al menos.

—Ya lo hice. —Respondió Willy, mirando a Miguel; el conductor, por el espejo retrovisor —Y ya no hay más ganas. —Abatió el joven, levantando los hombros y curveando los labios de forma lenta y sin fuerza, formando una sonrisa apenada, apagada —Ya todo acaba en unos meses. Ya se va el dolor, ya se va todo.

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Where stories live. Discover now