Capítulo 22

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Capítulo 22

"La despedida"

Me dolía saber que no iba a ver a Deniel por unos largos días.

Que no iba a escuchar su voz pronunciando palabras eróticas y frases con segunda intención.

Los rayos de luz que se filtraban por la ventana fueron los que se encargaron de despertarme junto con varios toques en la puerta provocados por una madre histérica que por maldad a no quedarme cuando ella necesitaba limpiar la casa hace ya unos días, me levantaba para que asista a la universidad como venganza.

Mis ánimos se encontraban en el suelo, y eso ella no lo sabía y yo ni siquiera se lo diré.

Las ganas de pisar un solo píe en el piso era una flojera que jamás, en lo largo de mi vida, presencié.

—Audrey Mendoza, levántate de esa cama si tú no quieres que te venda por dos dólares.

Mi madre está del otro lado de la puerta, continuó golpeándola con fuerza y el estruendo era tan incómodo que no dudo que sus manos estén formadas en puños. Intenté taparme los oídos, pero aun así el sonido era bastante audible y disgustoso.

—Mamá, por favor, no quiero ir hoy a la universidad. —Pedí fingiendo sollozar con dureza, en una voz suplicante.

Tomé una almohada y me la apreté en la cabeza con la intención de no escuchar los alaridos de mi madre histérica, aun de esa manera fallé porque los toques se hacían más y más duros, acompañado con sus chillidos.

—No, hermosa, obvio que no —su voz cambió a una fingiendo amabilidad y cortesía —. Usted no me ayudó la vez que yo le pedí que me ayude en la casa. —Me dio como respuesta. Realmente no me arrepiento ya que ese mismo día Deniel le entregó la maqueta a Amy junto con el contenido del papelito adentro, y no fuese ido a la universidad, aparte de que la maestra se enojaría mucho, no hubiese visitado a Deniel y a sus amigos.

—Mamá, pido perdón.

—Acá no se perdona —farfulló con poderío.

—Madre hermosa, pero tuve una noche horrible. —Tomé como defensa el suceso de por qué estoy en mi casa y no con Amy —Sabes bien que mi padre me llamó para que me quede contigo por esa urgencia que tenía para viajar al otro lado de la ciudad para llegar temprano al no sé qué de los negocios del club.

Y sí, eso pasó. Mi padre, minutos después de despedirme de Deniel e irme con Amy y las demás en su coche, me llamó. Era ya muy tarde, y me dijo que me asegure de que Amy esté bien porque tenía que salir ya que recibió una llamada de la venta de unos licores a buen precio para el club y debía de estar allá a las ocho de la mañana.

Tuve que apresurarme, desvestirme, y colocarme una ropa de dormir y quitarme el maquillaje. Amy dijo que todo estaba bien y que podía irse, lo que mi padre no quería era dejar a mi madre sola ya que él, lo más probable, es que venga al otro día y tarde de la noche.

—Mami, por favor... —refunfuñé, rodando por la cama y desorganizando la sabana que antes se encontraba tendida con mis movimientos. —No quiero ir hoy.

—Te dije que no —aclaró la que estaba del otro lado de la puerta en voz dura —. Y si no te levantas, ¿Sabes lo que haré?

Dudosa y muy intimidada por lo que ha soltado de su boca, le pregunté:

—¿Qué harás?

Ella me respondió con un tonillo de voz juguetón y sagaz:

—Voy a bajar a la sala, encenderé la bocina y colocaré músicas excesivamente alta, de esas que tú dices que te dan asco.

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Where stories live. Discover now