El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 16

Capítulo 16

"Si puedes ven a mi depa... a lo del baile exclusivo".

—¿Pídeme lo que quieras?

Mis ojos se agrandaron de una forma sorprendente, impactada, asombrada. Mi pecho empezó a palpitar con fuerza, con dureza. La sorpresa fue tan grande que mi corazón fue el provocante de que mi pecho tenga la intención de querer quebrarse hasta que se salga de ahí, desprendiéndose del lugar.

—Te pido un auto, pues.

Solté esas palabras, burlona, bromeando, mientras que simulaba buscar algo dentro del auto, pero realmente, al momento de que escuché esas palabras, se me olvidó lo que andaba escudriñando en el sitio, de forma rápida.

—Lees libros raros, hija —opinó mamá, quien era la que me había que había mencionado el tema del libro, aun viendo la portada de este el cual ella tenía en manos, sosteniéndolo con ambas, enredando sus dedos. Su entrecejo estaba fruncido, dando esa clara expresión de rareza, extrañeza, en ella. Tragué saliva, despacio, evitando que mamá llegase a escuchar para que yo no deje notar mis propios nervios. Tomé una bocanada de aire de manera disimulada.

—Ese libro no es para nada raro, mamá. —Intenté sonar refunfuñona, imitando estar enojada, con un mohín implantado como calcomanía en la cara, intentando a que, si me veía de esa manera, pueda no hablar.

—El tema es medio raro... —murmuró mi madre, media curiosa. En su voz llegué a notar un toque de desconcierto, desconfianza. —¿De qué trata el libro, amor? —me preguntó.

En ese momento mis ojos se agrandaron aún más, si los llegaba a abrir un poquitico más de como los tenía, se me iban a salir de mis orbitas, como si estuviesen colocados con algún tipo de spring.

Miré por el espejo del auto, mientras estaba inclinada en la parte trasera sacando lo que no me recuerdo qué es, y vi por este que mamá tenía los ojos puestos a mi dirección. Giré la cabeza, de forma rápida, sonriente.

—¿De qué trata el libro? —volvió a repetirla señora, entrometida, apretándolo entre las palmas.

Tomé mi mochila que, por suerte, estaba cerca, y donde había otras tres partes de la saga y me la colgué en el hombro apenas saqué mi cuerpo del auto, echándome hacia atrás.

—Dime, mamá.

—Este libro —extendió la novela hasta la altura de su rostro para que después de unos segundos, lo baje y lo vuelva a tener a su antigua postura —¿De qué trata? —mamá volvió a soltar esa pregunta que hizo que mis piernas tambaleen de una manera que, si no pudiese llegar a mantenerme, sostenerme, fuerte, me hubiese desplomado en el suelo, con todo y mochila; la cual cargaba ahora en el hombro, segura de que llegue a ser abierta.

Escaneé el libro con la mirada por varias veces, sin disimulo. Mamá me miraba a mí mientras que yo, sin nada que decir, alternaba la mirada en ambos; tanto en el libro como en los ojos canelas de mamá. Jode, por qué rayos dejé el libro en el sillón del auto.

—Es un libro de autoayuda juvenil —confesé, soltando cada palabra despacio y en voz baja, levantando los hombros a la misma vez que desplegaba los labios hacia arriba, formándolos en una curva dejando mostrar una sonrisa implantada en mi cara. Quería sonar y verme convincente.

—¿De autoayuda juvenil?—averiguó mamá, metiéndose ahora el libro por debajo de sus axilas y su mano disponible en la otra, cruzándose de brazos.

—Ajá.

Emití un sonido con la garganta, asintiendo, aún con la sonrisa curveada en la cara.