Maraton Azael

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Nota: Aquí conocerán una parte de ese Azael que muchos y yo amamos. Azael tiene fantasías muy raras y que a algunos les pueden parecer asquerosas. Solo pido que si van a dejar de leer, haganlo, más no que me ofendan y empiecen a echarme hate.

Nota 2: En este capítulo se censuró mucho, por si se preguntan de las "fantasías" aunque no fue algo tan fuerte. Pronto se sabrá más.

Maratón 3/4

Azael.

"Esa misma madrugada"

-¿Tus papás te prestan atención o son de esos padres que le vale mierda lo que hagan sus hijos? -pregunté sin ningún rodeo cuando empecé a escanear la grande sala de estar de la gigante casa de Amy.

Escuché cerrar la puerta detrás de mí pero continué observando todo el alrededor con detenimiento. Había plantas dentro de la casa, obvio que en macetas. También observaba los largos y lindos comedores, mesitas de cristales pequeñas con jarrones encima. Las luz es de un blanco brillante y no solo era un bombillo, sino varios.

-¿Estás encantado con mi casa, rubio? -escuché su pregunta detrás de mí y me giré para verla.

Su cabello rubio estaba suelto y vestía de una manera divina. Ese vestido que traía colocado dejaba ver a la perfección sus curvas y sus senos en forma de bolas que en este momento quisiera chupar y azotar. Total y naturalmente de ella.

-Eres muy linda -sonreí como un bobo quinceañero cuando le dije eso, me sentí un poco avergonzado después, pero supe colocar mi cara de ogro temible en ráfagas de segundos. Caminé con elegancia hasta ella y deposité un beso lento y tranquilo en sus labios.

Ella me siguió el beso con la misma frecuencia que lo empecé yo; sin prisa, sin ganas de devorarnos, sin ganas de empezar a follar en este momento. Era un beso tranquilo, apacigüe, con calma.

Amy este tiempo ha sido un sol para mí. Ella era una chica muy atractiva y seria imposible que los demás no se le queden mirando cuando camina. Verla, hablar con ella, me hacía sentir lo más bien del mundo, pero estoy consiente de que no, ambos no podemos estar juntos.

Ella era belleza, encanto y perversión.

Yo, en cambio, para ella era un gran peligro, bastante dañino, toxico y con un pasado el cual me había encargado de dejar atrás por todos estos años pero se me hacía bastante imposible, y lo que menos quería era que ella salga salpicada en algo que no tiene absoluta idea.

Me pegué más a ella tomándola por la cintura y de repente sentí un movimiento acompañado de un ruido por su vientre.

-Estás hambrienta... -musité, dándole un corto mordisco en los labios. Olfateé su perfume con olor femenino.

-Ajá -me sonrió y me devolvió un mordisco también en mi labio inferior -, pero te estoy comiendo a ti y creo que eso me va a llenar.

-Déjate de tu actitud de ninfómana, Amiela... -canturreé con diversión y un tonillo perverso mientras la miraba. Sus ojos enfocaban los míos y podría jurar que no me importaría verlos la vida entera. Y eso, que también me gustaría verla hincada frente a mí -Venga que te prepararé algo para cocinar.

No quería separarme de ella, su aroma a perfume caro y fino se colaban por mis fosas nasales y me atraían como sirena a navegante. Le volví a depositar otro beso en los labios y me aparté algo rápido, de verdad que parecía estar hechizado a ella.

-¿Dónde queda la cocina? -miré a los lados en busca de alguna puerta y la encontré, pero estaba dudoso en saber si por ahí se iba a otro lugar que no era ese.

El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora