Mientras dure

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Cage y Eva
Sinopsis

Harry Styles tiene un pase gratis a la universidad por su equipo de béisbol -O lo tenía, hasta que se metió en problemas detrás del volante. Ahora tiene que ceder a las exigencias de su entrenador y pasar su verano empacando heno. No hay chicas lindas en traje de baño esperando conocer a un sureño para divertirse con él todas las vacaciones. Sólo él y las malditas vacas. Ah, y una sarcástica morena con los ojos azules más grandes que haya visto jamás.

_____ Brooks planeó su vida paso a paso desde que tenía ocho años. Ni una sola vez en los últimos años perdió de vista sus objetivos. Josh Beasley, su vecino de al lado, fue el centro de sus objetivos. Fue su primer novio a los siete, su primer beso a los diez, su primera cita a los quince y su primera tragedia a los dieciocho. Cuando recibió la llamada de la madre de Josh diciéndole que fue asesinado con otros cuatros soldados al norte de Bagdad, la vida cuidadosamente planeada de _____ explotó de la peor manera posible. Ahora, tiene que hacerle frente al arrogante Harry Styles y su sonrisa irritante.

Pero durante ese verano empacando heno, Harry y _____ consiguen lo que ellos quieren -y necesitan- pero que quizás nunca lo vieron venir.

Prologo

-Tu mamá me trajo la carta hoy. -El dolor en mi pecho era tan fuerte que tuve que luchar para evitar doblarme y gritar-. Leí hasta la última palabra. Varias veces.

El viento de otoño me acarició la cara, pero no fue suficiente para secar mis lágrimas. Las lágrimas eran interminables. Sin cesar. Tragando saliva, me obligué a continuar. Necesitaba que él me escuchara. -No es justo... una carta no es la forma correcta de decir adiós. Es un asco, Josh. Es un asco tan condenadamente malo. -Un sollozo escapó de mi pecho. Apreté mi puño contra mi corazón. ¿Cuánto más dolor podría resistir antes de que yo explotara en mil pedazos?

-Siempre me dijiste que te gustaría envejecer juntos. Nos sentaríamos en la mecedora de nuestro pórtico, tomados de la mano y mirando a nuestros nietos jugar en el patio. Me lo prometiste -Me atraganté mientras presionaba mi pulgar contra el pequeño solitario de diamante que él colocó en mi dedo hace apenas seis meses.

»Rompiste tu promesa. Nunca has roto una promesa antes. Esta vez me defraudas y me dejas con esta carta. ¿Cómo supero esto, eh?

¿Esperabas que solo la leyera y todo mejorará? ¿Esperabas que llorara algunas lágrimas para luego superarlo? -No tendría ninguna respuesta. Nada más que letras pesando en mi bolsillo trasero. La hoja estaba tan manchada de lágrimas que varias palabras eran difíciles de leer. Sin embargo, no importaba. Lo tenía todo memorizado. Cada. Ultima. Palabra.

-Empecé a escribirte una carta y pensé llevártela hoy. Era mi oportunidad de decirte algunas últimas palabras, pero no pude. No puedo gritar y gritar en una carta. Meras palabras no pueden mantener las emociones agitadas dentro de mí. -Metí la mano en mi bolsillo y saqué la carta desgastada que me perseguirá por el resto de mi vida.

-En lugar de escribir una carta, decidí responder en persona. Es lo justo. No... no es lo justo-Escupí con rabia-, porque nada de esto lo es, pero es todo lo que tengo. Esto es todo lo que me permitiste tener.

Abrí la carta de una página con atención. No quería romperla porque las palabras escritas en esta, era todo lo que me quedaba. Empecé a leer en voz alta:

-Mi _____ Azul. -Nuevas lágrimas corrían por mi cara. Sólo leer el apodo que Josh me había dado cuando teníamos nueve años fue doloroso. ¿Cómo iba a leer esta carta en voz alta sin desmoronarme en la tierra?

»El hecho de que estoy escribiendo esta carta me duele más de lo que podrías imaginarte. Esto no es algo que quisiera volver a leer, pero sé que mereces una despedida. Mereces mucho más que eso, que unos buenos deseos de que obtengas la vida perfecta que hemos pasado horas y horas soñando. -Dejé de leer y levanté mis ojos de las palabras en el papel.

One ShotsWhere stories live. Discover now