Corazón salvaje

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Walker y Elle

Prologo

_____ - Tres años

Sostuve la mano de Braxton con fuerza mientras entrábamos en la sala de esa casa grande llena de gente. Era ruidoso y tenía miedo. No conozco a ninguno de ellos y yo solo quería irme a casa.

Hoy pusieron a mi mamá y a mi papá enterrados bajo tierra. Los planté como flores. No sé cuánto tiempo les tomará volver a crecer de la tierra, pero esperaba que se dieran prisa. Los extraño.

Tiré de la manga de Braxton y él me miró.

-Tengo que ir al baño -le susurré.

-Bien. Espera un minuto.

Miró a su alrededor, y cuando vio a la hermana de nuestra mamá, la llamó-: Tía Madeline, ____ necesita ir al baño. ¿Dónde está el baño?

Ella dejó a un lado la bandeja que sostenía, y la puso sobre la mesa y se dirigió hacia nosotros cuando una voz suave detrás de nosotros dijo-: Yo la llevaré, querida. Puedes terminar lo que estás haciendo.

Me di la vuelta para ver a una dama de cabello blanco y amables ojos azules. Ella se inclinó hacia mí.

-Hola, _____. Soy la abuelita. Te mostraré el camino -dijo ella mientras me ofreció la mano.

Miré a Braxton preguntándole en silencio qué hacer, y él asintió, diciéndome que estaba bien ir con ella.

-Puedes ir, ____. Estaré justo aquí donde me dejaste, te lo prometo.

Miré hacia atrás a la dama mientras soltaba a Braxton y tomé su mano.

Ella olía a galletas con chispas de chocolate y su mano era cálida y suave. Me llevó detrás del sofá, a través de un pasillo y hasta una puerta. La abrió y me encendió la luz.

-¿Puedes hacerlo tú sola, cariño, o necesitas ayuda? -ella preguntó.

-Puedo hacerlo como una niña grande, pero mi mami tiene que ayudarme a limpiarme, a veces -le dije.

Ella me sonrío.

-Entonces, lo haremos juntas esta vez, ya que tienes ese bonito vestido y esas medias.

Ella me ayudó a ir al baño, y luego acercó un taburete al lavamanos, para que yo pudiera pararme y lavarme las manos sola.

Caminamos de regreso al pasillo y pude escuchar todas las voces fuertes en la sala. Yo no quería volver allí.

-¿Quieres ver tu nueva habitación? -ella preguntó.

-Mi habitación está en mi casa. Ahí estoy muy a gusto, no necesito otra.

-Oh, querida niña, te vas a quedar aquí con tu tía Madeline y el tío Jefferson y el resto de nosotros por un tiempo -me explicó.

La miré mientras mi labio inferior comienza a temblar. Estaba tratando de ser una niña grande, pero yo no entendía por qué no podía ir a casa.

La abuela me dio una palmadita en la cabeza, me tomó de la mano y me llevó por el pasillo hasta otra puerta.

Cuando la abrió y encendió la luz, vi mi cama, mi caballito y peluches de mi casa. Las sábanas eran extrañas y las paredes de un color diferente.

¿Por qué estaban mis cosas aquí?

Empecé a llorar y ella se inclinó y me levantó.

-Oh, _____, cariño, lo siento. No quise molestarte. ¿No te gusta? - preguntó suavemente.

One ShotsWhere stories live. Discover now