Dime que no es mentira

721 4 0
                                    

Kyle y Whitney

Prólogo

Harry

Hace ocho años

Me ardía todo el cuerpo. Nunca me había sentido tan vivo. Mi piel resbalaba en sudor y mi corazón latía con tanta fuerza que pensé que se me saldría del pecho.

Estaba a punto de correrme. Y de correrme bien.

-Joder, eres increíble -dije con voz ronca mientras movía las caderas al unísono con las de ella. Tenía su pelo pelirrojo esparcido por la almohada de debajo de su cabeza. No podía dejar de saborearla. De besarla.

Quería follarla para siempre.

Era como si llevara esperando este momento toda la vida. Y ahora que lo estaba viviendo, no me lo podía ni creer. Pensaba que me despertaría en cualquier momento y estaría tocándomela en mis sueños.

-Fóllame más fuerte -gruñó ella mientras me mordía el cuello. Todo mi cuerpo temblaba al sentirla. No estaba soñando. Era cien por cien real-. ¡Más fuerte! -exigió con una mezcla de frenetismo y enfado.

No sabía cuán fuerte podía follarla. Ya habíamos roto el cabecero y la cama estaba en riesgo de colapso. Pero le daría a esa mujer lo que me estaba pidiendo. Así que puse sus piernas encima de mis hombros, ajusté el ángulo de mis caderas y comencé a moverme con ahínco.

Su gemido, alto y gutural, era todo lo que necesitaba oír.

-¡Sí, sí, sigue, joder! -gritó arqueando la espalda.

Sus tetas eran una auténtica maravilla. Unos coquetos pezones oscuros contrastaban con su piel color crema. Succioné uno con mi boca. Sus dedos se clavaron en mi espalda y sentí las paredes de su coño contrayéndose en mi polla.

Llevábamos horas follando como conejos. Ya conocía cada plano, cada parte de su precioso cuerpo. Era mejor de lo que me había imaginado.

Llevaba soñando con tener sexo con _____ Galloway desde que tenía la edad suficiente para fantasear con ese tipo de cosas. Llevaba prácticamente toda mi vida enamorado de ella. Bueno, al menos desde que me convertí en un adolescente lleno de granos.

Mis mejores amigos Adam, Skylar y Meg -la hermana pequeña de _____ - me dieron mucho el coñazo también. No era el típico chico que, cuando le gustaba una chica, intentaba ocultarlo. Yo siempre iba con el corazón en la mano. Parecía que la única persona que no se había dado cuenta de que estaba loco por la mayor de las Galloway era la chica en cuestión. Me trataba con indiferencia, como la animadora guapa y popular que era.

¿Que cómo acabé con mi polla dentro de ella?

-Espera, no te corras todavía -dijo ella mientras se escabullía debajo de mí. Aproveché la pausa para recuperar la respiración. Esto era peor que jugar un partido de futbol. Me senté sobre mis caderas y me pasé una mano temblorosa por mi pelo castaño oscuro. Seguramente necesitaba un corte de pelo, pero _____ me había dicho que le gustaba cuando me lo dejaba largo, por eso me lo dejé como a ella le gustaba.

-¿Todo bien? -pregunté preocupado de que hubiese hecho algo mal. Porque, a decir verdad, era mi primera vez. Bueno, técnicamente, esta era la tercera vez que habíamos tenido sexo desde que llegué al apartamento de _____ anoche, pero sí, era la primera chica con la que me había acostado. No era algo que fuese diciendo por ahí, pero sí, era un virgen de veinte años.

Sí que tuve muchas oportunidades e hice mis cosillas, pero nunca llegué a lo que hay que llegar. En el fondo sabía que era porque me estaba guardando para ella.

One ShotsWhere stories live. Discover now