Angel

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Sinopsis

El experto en demoliciones Harry Styles nunca ha tenido a alguien especial en su vida. Su mundo ha girado en torno a derribar cosas, no a construirlas. Hasta que ____ lo espera en una galería de arte local y su dulce sonrisa y sus exuberantes curvas encienden instantáneamente su fuego.

____ Johnson está cansada de perder cosas. Su madre. Su perro. Su casa. Sueña con estar a salvo y ser amada por alguien que la entienda. Incluso a los veinte años, su cama está llena de peluches y puede recitar todas las líneas de La Bella y la Bestia.

Cuando Harry aparece justo a tiempo para salvar a ____ de otra horrible pérdida, se da cuenta de que esta fuerza de la naturaleza, corpulenta y con barba, podría ser el héroe especial que ha estado esperando. Pero cuando se revela un oscuro secreto, ¿podrá ____ volver a confiar en su nuevo papi?

Capítulo 1

Harry

—Estás jodidamente tenso, hombre. ¿Cuándo fue la última vez que echaste un polvo? Ve a buscar una puta chica y termina de una vez. —Erik me sonríe mientras extiende sus dedos sobre el abedul pulido. El escritorio solía ser mío, y era grande incluso para mí. Erik no es pequeño, no para los estándares cotidianos, pero parece un niño pequeño jugando como si fuera un pez gordo detrás de ese escritorio.

Lleva una puta sonrisa de idiota, y tengo la mitad de ganas de borrársela con un rápido golpe en la mandíbula.

Lo que no sabe es que echo un polvo varias veces al día. Al menos en mi mente y con mi propia mano. Me eché un polvo hace un par de horas. Acostado en mi cama, con el puño alrededor de mi pene duro como una roca, tratando de convencerme de no masturbarme por segunda vez antes de las seis de la mañana mientras pensaba en mi ángel.

Perdí esa batalla, al igual que he perdido cientos exactamente igual en los últimos meses. Mientras me aferraba a mí mismo, apretando y masturbando con las sábanas retiradas de mi cuerpo, mis pensamientos habían derivado hacia el sabor de sus labios, la forma en que éstos se curvan y se mantienen llenos cuando ella sonríe. Pensando en esa magnífica sonrisa mientras hundo mi lengua tan profundamente dentro de ella que me convierto en parte de su puto ADN. La imagen de mí mismo poniéndola de rodillas frente a mí, sus ojos deseosos buscándome en busca de seguridad...

Mi fantasía se desata con el primer roce de su lengua en la hendidura de mi polla, con gotas de pre-semen que se filtran sólo para ella. Las cosas que le diría. Cómo ella sonreiría cuando le dijera que es mi niña buena... El peso de sus magníficas tetas en mis manos.

El sabor de su coño. Sus piernas abriéndose voluntariamente para mí. Y luego esa sonrisa de nuevo.

Cada vez que ocurre, me imagino enseñándole, guiándola, mostrándole todo lo que quiero que sepa sobre el sexo. Sobre cómo estoy hecho para complacerla a ella y ella a mí. Hacerla mía de formas que la mayoría de los hombres considerarían perversas, pero no lo son. Las formas en que la deseo son hermosas. Las formas en que deseo tomarla. Cuidarla. Poseerla más allá de lo que la mayoría de los hombres racionales entenderían.

Mi ángel. Mi niña.

Pero es lo que necesito. Es lo que siempre he necesitado, sólo que no lo sabía hasta que la conocí.

Le diría que se abriera de piernas para mí, le ordenaría que jugara consigo misma para saber exactamente lo que le gusta, para saber cómo recompensarla cuando es una niña buena. Joder, me apreté la polla con fuerza, pensando en cómo se sentiría su coño. Mis sesiones de caricias son más ataques de ira llena de lujuria que de placer. La deseo tanto que me duele. Necesito la liberación porque estoy seguro de que nunca la tendré de verdad y eso es mi propia tortura privada.

One ShotsWhere stories live. Discover now