Si, papi

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Sinopsis

Conduciendo por una calle oscura bajo una lluvia cegadora, choqué contra algo. Ese algo resulta ser _____ Tremain. Está huyendo de alguien, pero me aseguraré de que no huya de mí. Con una mirada a esos labios rojos y curvas deliciosas, me obsesiono al instante. Cuando le digo que me pertenece y ella responde con un 'Sí, papi,' su destino está sellado.

La protegeré. La poseeré. Haré cualquier cosa por ella. Solo que esta dulce e inteligente pasante de la oficina del fiscal del distrito no sabe quién soy en realidad. Camino del otro lado de la ley y nuestras diferencias pueden ser el fuego que quema el puente entre nosotros. Lo que ella no sabe es que, una vez que la tome por completo, nunca la dejaré ir.

Capítulo 1

Harry

Observo cómo el propietario del taller de autos cuenta los montones de billetes de cien dólares. Está nervioso. No soy como sus típicos clientes, y mis peticiones para las personalizaciones de mi nuevo Suburban negro eran, como mínimo, únicas.

—¿Estamos en paz?— Refunfuño mientras miro fijamente mi teléfono, contestando textos y correos electrónicos, mientras él abre una caja fuerte detrás de su escritorio y apila el dinero dentro.

—S-sí,— tartamudea, cogiendo el último dinero en efectivo y asegurándolo en la cajita negra, sin saber que yo podría romper su caja fuerte en menos de treinta segundos si quisiera.

Pagué casi el doble del presupuesto por las mejoras de mi nuevo vehículo con la condición de que lo hiciera fuera de los libros y en menos de una semana.

Hizo las dos cosas, así que estoy satisfecho, y le enviaré más negocios de gente como yo que necesita servicios como los suyos. Puede que esté nervioso, pero tengo un sexto sentido para la gente, y apuesto a que entiende lo que significa la lealtad.

Revuelve una pila de papeles en su escritorio, empujando tazas de café vacías, destornilladores y otras mierdas que parecen haber estado allí durante años. Cada pocos segundos me mira con un gesto de disculpa, pero lo único que quiero es que se calme una puta vez.

No creo que sepa exactamente quién soy, pero tiene una idea de lo que soy. No intercambiamos nombres. La mayoría de la gente no me reconocería a la vista, pero sí mi nombre. Mi familia tiene una historia en Detroit, y admito que no toda es buena.

De hecho, la mayor parte no es buena.

Pero incluso sin saber mi nombre, soy intimidante. Tanto en apariencia como en presencia. Si a eso le añadimos el cristal antibalas, la jaula antivuelco de acero reforzado y otras personalizaciones, creo que se ha hecho una idea de que puedo ser un problema para cualquiera que no me sirva.

—Toma. Su recibo.— Levanta el trozo de papel del escritorio con una mano temblorosa.

Frunzo el ceño.

—No quiero un puto recibo.— Mis cejas se juntan. —¿Qué parte de 'sin registros' no has entendido?

—Lo siento.— Lentamente tira del papel hacia él. —Sólo pensé que querrías una... lista de todo lo que hicimos. No sé cómo funciona esto...— Se frota el centro de la frente con la otra mano.

—¿Hiciste todo lo que te pedí?— Asiente con la cabeza. —Entonces sé lo que hiciste. No olvido las cosas. O las personas.

Le veo tragar con fuerza mientras rompe el recibo en pedacitos y los tira a la papelera. Le tiendo la mano y él la coge con un apretón inerte que me hace luchar contra las ganas de apretar más fuerte y darle un discurso sobre ser un hombre. En lugar de eso, opto por seguir con mi velada. Tengo que ocuparme de algunos asuntos incómodos y no me gusta posponer las cosas sólo porque son desagradables.

One ShotsWhere stories live. Discover now