Nash y Tallulah
Sinopsis
Perder su sueño, su plan definitivo y su futuro. Harry Styles nunca esperó enfrentar una vida sin fútbol. Un movimiento equivocado y todo cambió. Volver a la escuela para su último año ya no le atraía. Preferiría no salir de su casa. Regresar a Lawton High School, ver lástima en los ojos de todos, era solo otra realidad en su pesadilla.
La venganza no era algo bonito. _____ Liddell había descubierto que era algo bastante controlador. La forma en que veías la vida cambiaba por completo cuando te aferrabas a esa fea idea. Pero lo hizo de todos modos. Desde el último día de su penúltimo año, cuando Ryker Styles hizo una broma sobre su peso y Harry se rio con él, el dolor la impulsó. No era como si alguien no se hubiese reído de su peso antes. Ella estaba acostumbrada a eso. Lo que dolió tan profundamente era la risa de Harry. Siempre había sido la única persona que la notaba, la incluía, no la trataba de manera diferente. Pero ese momento lo cambió todo. Desde el momento en que salió del edificio de la escuela hasta el momento en que regresó para su último año, _____ estuvo determinada a perder peso y finalmente ser de la talla que sus compañeros consideraban aceptable.
Lo que no esperaba a su regreso era encontrar a un Harry Styles roto, que ya no sonreía, raramente hablaba, y no le importaba nada ni nadie a su alrededor. Él simplemente existía. Pero el dolor en sus ojos lo entendía demasiado bien. Estaba solo. Ya no encajaba en el paquete perfecto
Prólogo
Todo comenzó en primer grado. Esos ojos azules cristalinos y una sonrisa con hoyuelos en el color de piel más bonito que jamás haya visto. Harry Styles fue el único niño que me sonrió en mi primer día de clases. Unos pocos se rieron cuando entré. Me dolía el estómago y quería irme a casa. Sabía que era una mala idea usar los pantalones cortos que mi mamá me compró. Mis muslos se frotaban cuando caminaba, y los pantalones cortos se arrastraban entre ellos, mostrando aún más mis piernas blancas.
Pero Harry Styles no me llamó "gorda" o "cuatro ojos". Cuando las chicas se echaron a reír porque tropecé caminando hacia el escritorio de la maestra para afilar mis lápices, Harry les dijo que se detuvieran. Cuando el profesor pronunció mal mi nombre todos los días durante el primer mes, todos se rieron, excepto Harry. Comenzó a corregir al maestro cuando me rendí después de tres días seguidos. Pronto me enteraría de que la gorda y tímida niña tampoco era popular entre los maestros. Hicieron comentarios sobre los almuerzos que llevaba, y uno me dijo que usara pantalones cortos más grandes.
En mi mente, Harry Styles era mi héroe. Era amable pero popular, hermoso y una estrella en el campo de fútbol. Ya había sido contactado por reclutadores universitarios. O ese era el rumor. Segura de que nunca habría un hombre más perfecto en este mundo. Hasta el último día de nuestro tercer año. Todo cambió.
Mañana era el día en que esperaba todo el año escolar. Como la mayoría de mis compañeros de clase. Sin embargo, mis razones eran diferentes. No quería escapar de la tarea y las pruebas. Disfrutaba aprendiendo. Me gustaba Stylesr. Me pasé horas leyendo los sitios web de más de cincuenta universidades a las que podría asistir. Pero odiaba la forma en que la escuela secundaria me hacía sentir. Me ignoraban a menos que alguien me utilizara para obtener algunas risas de sus amigos.
Cuando aparecían las pruebas de la obra escolar, siempre memorizaba las líneas, practicaba en un espejo durante horas, me grababa y lo veía para perfeccionar lo que estuviera mal. Pero no importa lo buena que fuera, nunca obtuve el papel. Yo no encajaba. No era lo que querían en el escenario.
Yo era gorda. Lo acepto. Y en lugar de hacer dieta, me iba a casa y comía una caja de galletas para sentirme mejor. Fue un consuelo para mí. No se burlaba de mí. La comida fue donde encontré la felicidad. Eso y la lectura. Leo todo el tiempo. Leí tanto que reseño libros en línea. Tenía un blog que cubría todo, desde la fantasía hasta el romance y el horror. Me gustaba todo.
