Myer y Dallas
Prologo
Cuando regresé a Poplar Falls hace seis años, había renunciado al amor.
Cometí el error de casarme con el sexy rebelde al salir del instituto. Él había terminado en la cárcel. Me quedé embarazada. Con un bebé en camino, decidí dejar mis salvajes e impulsivas costumbres. Todo lo que quería era una familia y ver crecer a mi dulce hijo, feliz y sano.
Entonces Harry Styles sigue apareciendo en mi vida y en la de mi hijo.
Él es el héroe del fútbol de su ciudad natal, que se fracturó el tobillo en su tercer año y terminó su carrera. Nunca les daba una segunda mirada a los deportistas calientes en el instituto. Pero ahora que él se ha hecho cargo del rancho de su familia, no puedo evitar mirar incluso cuando he renunciado a los hombres para siempre.
Pero tal vez sea él quien me ayude a dejar atrás el pasado y encontrar mi segunda oportunidad de amar. O tal vez mi pasado vuelva para atormentarme.
Sinopsis
_____
Hace seis años.
Dulce Jesús, este pequeño monstruo está saliendo de mí. Nunca antes había sentido un dolor como este. Cuando finalmente lo logra, él está obteniendo su primer tiempo fuera por tratar de llevarse todas las entrañas de su madre mientras sale de mi cuerpo.
-Respira, _____ -dice mamá.
Aprieto con fuerza su mano mientras otra contracción me golpea como un tren de carga. El dolor baja por mi columna vertebral y explota en mi pelvis.
-Estoy respirando, mamá -grito.
-No, no lo haces, cariño -dice suavemente. La fulmino con la mirada y digo entre dientes:
-Sí. Lo. Hago.
-Whoa, creo que su cabeza giró en torno a eso. ¿Has escuchado a ese demonio dentro de ella?
Giro la cabeza mirando a mi estúpido hermano, Payne, quien tiene su iPhone apuntando directamente hacia mí.
¿Por qué demonios acepté tenerlo en la habitación mientras expulso un dispositivo de tortura humano de mi vagina?
-Cierra la boca y recuerda quedarte al norte de la línea Mason- Dixon con esa cosa, imbécil -vomito en su dirección.
Él sólo me sonríe.
-Payne, querido, creo que probablemente tengamos que cambiar de lugar.
Mamá está tratando suavemente de sacar su mano de mi agarre mortal. Su expresión es de un intenso dolor, y las puntas de sus dedos están empezando a ponerse moradas. La dejo ir cuando la contracción se alivia y ella se apresura a volver a la cabecera de la cama.
-Claro, mamá. Puedo manejarlo -dice Payne mientras le pasa el teléfono a nuestra madre. Se deja caer en el asiento a mi lado y levanta su brazo derecho hacia mí en un desafío de pulseada.
El doctor levanta la vista de entre mis piernas y dice:
-Él está coronando.
-Bueno, ya era hora. Pensé que había decidido quedarse ahí hasta la universidad -escupo justo cuando otra contracción comienza a ondularse a través de mí.
Agarro la mano de Payne y casi me levanto de la cama. Él empieza a intentar jugar a la guerra de pulgares conmigo, me acerco y tomo su pulgar con la otra mano y lo doblo hacia atrás tan fuerte como puedo.
