En tus brazos

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Beau y Arial

Sinopsis

Abandonada cuando era un bebé y criada por una pareja en un mundo privilegiado, _____ no conoce nada de su pasado. Su único vínculo con él son los poderes de telequinesia que al parecer heredó de su progenitora. Protegida por sus padres adoptivos, quienes la mantienen alejada de una vida normal para salvaguardar sus poderes secretos, _____ ha crecido rodeada de lujo, y de soledad. Pero esa vida está a punto de dar un giro.

Como jefe de la empresa de seguridad Styles, Harry está familiarizado con los poderes psíquicos. Por lo tanto, cuando un amigo de la familia se pone en contacto con él para que proteja a su hija, él está listo. Pero para lo que no está preparado es para la irresistible atracción que surgirá entre él y _____. Lo que comenzó como un trabajo más, ahora se ha convertido en un problema personal, en el que estará dispuesto a arriesgar su vida si es necesario.

Capítulo 1

En el umbral de su gran salón, Gavin Rochester observaba cómo su mujer examinaba un ornamento de Navidad antes de colocarlo en su cajita y ponerla en la caja de plástico que usaban para guardar la decoración navideña.

Su tristeza le producía tal dolor en el corazón que se frotó el pecho en un intento de aliviarlo. Pero algunas heridas eran demasiado profundas. Permanentes e imposibles de curar. Y su dolor le resultaba insoportable porque no podía arreglarlo. Sus relaciones, su dinero y su poder no significaban nada si no podía dar a su querida esposa lo que más quería. Notaba su dolor tan intensamente como si fuera suyo y, de hecho, lo era porque no podía soportar que fuera infeliz. Movería cielo y tierra para hacerla sonreír.

Ginger lo había cambiado, lo había convertido en un hombre mejor. Un hombre que nunca pensó que llegaría a ser, que nunca quiso ser. Pero ella lo cambió todo; su mundo, su sitio en este mundo. De repente él quiso ser un hombre mejor. Por ella. Porque ella lo merecía. Y nunca la pondría en una situación de peligro con sus prácticas empresaries. Era una nueva experiencia para él. Vivir bien, vivir de forma honrada. Salir de la oscuridad. Tener a alguien que hacía que quisiera sentirse... digno.

En aquel momento Ginger dejó de observar con tristeza aquel ornamento, y cuando vio a su marido, se le iluminó la cara, rosada por las brillantes luces del árbol de Navidad. A él le maravillaba comprobar cómo se le cortaba la respiración cada vez que ella le sonreía. Ese sentimiento nunca desaparecería. Jamás antes había disfrutado de un amor como el que profesaba a su esposa. Era asombroso y al mismo tiempo cálido, como las llamas de una chimenea. Algo inquebrantable, sin reservas ni ataduras ni condiciones.

Lo amaba, y saber eso le derretía aún ahora.

-Este es el último -dijo su mujer mirando una vez más el único ornamento que no se había colgado en el árbol. Momentáneamente, la pena apagó la calidez de sus ojos, pero vio que hacía un esfuerzo para recomponerse y la lástima desapareció de sus facciones. Sin embargo, se había dado cuenta. Sabía que estaba allí por mucho que ella se esforzara para que no se le notara.

Cruzó el salón, ya no podía soportar esa distancia que los separaba. La estrechó entre sus brazos e introdujo los dedos en su larga melena, que luego acarició, mientras aspiraba su aroma y le besaba los mechones.

-Volveremos a intentarlo -murmuró él, tratando de adoptar un tono seguro y tranquilizador. A pesar de todo, sabía que había fracasado estrepitosamente. Sonaba tan alicaído como ella. No era su esposa quien le había fallado; podía pasarse el resto de la vida solo con ella y no sentir remordimiento alguno. Era él quien la había defraudado. Era incapaz de darle el hijo que tanto deseaba.

Ginger quería tener una familia. Amor, risas, que llenaran la casa con una calidez que él nunca había experimentado antes de conocerla. Ella lo sabía, sabía cómo había sido su vida y estaba decidida a cambiarla. A darle un hogar. No solo una casa. Una casa con una familia y su amor incondicional. No tenía defensa alguna. Su amor desafiaba fronteras y parámetros. Sabía que nunca amaría a ninguna otra persona en la faz de la tierra como amaba a esta mujer.

One ShotsWhere stories live. Discover now