Mía para siempre

340 2 0
                                    

Simon y Kara

Capítulo 1

_____ abrió los ojos despacito y parpadeó varias veces tratando de despejar la vista. Tenía la desagradable impresión de que le estaban atornillando el cráneo y se sentía desorientada. Se llevó la mano a la cabeza para darse unos golpecitos de prueba y entonces se percató de que tenía la frente envuelta en una gasa. ¿Y eso?

Empezó a recuperar la memoria y poco a poco fue rescatando fragmentos de lo que había ocurrido: la disculpa de Sam, la agresión, Sam y los dos desconocidos salvándole la vida.

Recordó haberse despertado varias veces en urgencias y que en esos breves lapsos de tiempo Harry había estado a su lado, cogiéndole de la mano, murmurando palabras de ánimo, mientras ella... ¡Ay, Dios! ¿De verdad le había vomitado encima?

Después de la agresión todo había sido muy intenso: los vértigos, las náuseas, la visión nublada, el deseo de volver a dejarse llevar por la oscuridad y por el bendito alivio que le proporcionaba el sueño.

Gracias a la luz que provenía de un pequeño foco cuadrado colocado sobre la puerta llegó a la conclusión de que se encontraba en una habitación de hospital. Observó el cuarto en penumbra: se trataba de una habitación doble, pero la cama contigua estaba vacía y sin deshacer.

En urgencias se había encontrado tan mal que, en comparación, el agudo dolor de cabeza que sentía ahora le parecía una nimiedad. Tenía el estómago un poco revuelto y, obviamente, una herida abierta en la frente, pero estaba viva. Temblorosa, tomó una profunda bocanada de aire para ir soltándolo poco a poco mientras una ola de adrenalina le recorría el cuerpo entero. Era evidente que estaba sufriendo un trastorno de ansiedad provocado por lo que había ocurrido hace..., eh..., ¿hace cuánto?

«¡Maldita sea! ¡Necesito saber qué ha ocurrido!».

Miró de reojo el reloj y vio que eran las cuatro de la mañana. Habían pasado nueve horas desde la terrorífica experiencia que la había dejado sola en una habitación de hospital. Daba las gracias por seguir en el mundo de los vivos.

Al mover el brazo izquierdo sintió un dolor punzante en el dorso de la mano y, al mirar, se percató de que tenía una vía. «¡Qué daño!». Volvió a poner el brazo en la misma posición que antes y trató de estirar el otro con cuidado, pero entonces se dio cuenta de que estaba metido en una cápsula cálida, aprisionado en una cárcel.

-Harry -susurró con dulzura al darse cuenta de que no estaba sola.

Posó los ojos en el lugar en el que sus pieles estaban en contacto y vio que tenían los dedos entrelazados y que él apoyaba la cabeza en ellos con los ojos cerrados.

El corazón le dio un vuelco mientras lo recorría con la mirada y contemplaba cada centímetro de aquel rostro perfecto tan amado. Se regodeó en aquella vista con la sensación de que llevaba una vida entera sin ver sus atractivas facciones. Parecía tenso y agresivo incluso cuando dormía y lo único que suavizaba sus rasgos era un mechón de pelo rebelde que le caía por la frente.

_____ retiró la mano con cuidado y le acarició el cabello desaliñado, recreándose con la textura de su grueso pelo.

¿Había pasado la noche aquí? ¿Se había ido en algún momento del hospital?

Llevaba un uniforme de enfermero de color azul claro; prueba irrefutable de que el recuerdo que tenía de vomitarle encima del jersey, que seguramente era carísimo, debía ser cierto.

«Te quiero».

Al recordar que había pronunciado esas palabras justo después de sufrir una terrible arcada y justo antes de creer que se iba a morir, sintió tal ansiedad que se le puso el cuerpo entero en tensión y dejó de acariciarle el pelo.

One ShotsWhere stories live. Discover now