Dulce estadia

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Romeo y Molly

Sinopsis

Me da risa cuando oigo que la gente piensa que _____ y yo nos precipitamos demasiado, recitando que no podemos sentir tanto el uno hacia el otro en tan corto espacio de tiempo. Y digo yo, ¿cómo demonios lo pueden saber? Lo logramos, ¿no? Ella se convirtió en toda mi vida, ¿verdad? ¿Y en cuanto a mis viejos no siendo reales, siendo verdaderos? Díganme eso a los diez, once, doce, maldita sea, toda mi desgraciada vida, cuando yo nunca era suficiente, cuando me golpeaban hasta sangrar por ser demasiado bueno en el fútbol y no ser todo lo que ellos habían soñado: el hijo perfectamente obediente. Díganselo a los miles de niños de todo el mundo cada vez que se lamenten por sus padres idiotas, por cualquier razón estúpida; díganles que el mal no existe en sus ojos.

A la mierda Harry y Julieta. Esta es la historia de mi chica y mía, saliendo de mis labios. Sin sentimientos blandos, sin empalagos, sólo la verdad sencilla y dura, y, porque me siento generoso, voy a dejarte entrar también en más de nuestra historia.

Prólogo

TUSCALOOSA, ALABAMA

EN LA ACTUALIDAD...

Corrí por los pasillos del hospital, jadeando, con mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho.

Cinco llamadas perdidas. Tenía cinco jodidas llamadas perdidas. Algo estaba mal con ____, y Dios, me sentía enfermo por la forma en que había dejado las cosas entre nosotros. Todo el mundo habla de no dejar nunca las discusiones con un mal comentario por si alguno de ustedes nunca regresa. La gente nunca escucha, pero ahora, la idea de no volver a ver a mi chica otra vez me tenía casi girándome completamente del remordimiento.

Mis pies flaquearon mientras caminaba de forma impetuosa a través de pasillo tras pasillo, el terror puro robando mi maldito aliento. ¿Y si algo malo pasaba? ¿Y si la cirugía no había sido un éxito, después de todo? ¿Qué pasa si algo había ido mal después que peleamos? Y me fui dejándola sola, me enojé por su depresión y la dejé por su jodida cuenta, a solas con sólo sus oscuros pensamientos por compañía.

Renunciando al ascensor ocupado, subí las escaleras de dos en dos a la vez, todo el camino hasta el cuarto piso, llegué prácticamente reventado a la entrada de la sala, y corrí a la habitación de Mol. Pasé el control de enfermería sin parar y escuché gritar mi nombre, pero lo ignoré para llegar a mi chica, para llegar a mi Mol, para ver con mis propios dos ojos que ella estaba bien.

La puerta a su habitación estaba cerrada, así que golpeé hacia abajo en el mango. La puerta se abrió balanceándose, la madera estrellándose contra la pared. La sangre se heló en mis venas mientras miraba la habitación vacía, las sábanas limpias en la cama, el suelo oliendo a desinfectante, y su maleta desaparecida.

Mis manos comenzaron a temblar y mi corazón pareció detenerse.

¡No! No, no, no, no... ella no podía estar...

Tropezando hacia atrás con pies temblorosos, mi espalda golpeó el marco de la puerta y pude sentir mis piernas cediendo, mi trasero golpeando el suelo, un segundo después con un ruido sordo.

-¿Harry? -Pude oír una voz a mi lado, tratando de llamar mi atención, pero no podía concentrarme; todo era confuso, forzado.

Una mano presiona firmemente mi brazo, me sacude fuera de mi estupor.

-¿Harry?

No podía moverme, no podía hablar.

-¡Sr. Styles!

Mirando hacia arriba, vi a Marnie, la enfermera de _____, de pie encima de mí, mirándome con una expresión preocupada.

-¿Dónde...? -Me aclaré la garganta obstruida―. ¿Dónde está? ¿Qué pasó?

One ShotsWhere stories live. Discover now