Déjate llevar

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Dash y Josslyn (Joss)

Sinopsis

Hace ya un año que _____ enviudó. A pesar del dolor que le causó la pérdida de su esposo, sus ganas de experimentar con el sexo no han desaparecido y es ahora cuando se siente lo suficientemente fortalecida para buscar aquello que su difunto marido nunca le pudo dar. Sin embargo, cuando asiste a un club donde se exploran los límites del deseo se encuentra con algo realmente inesperado: Harry, el mejor amigo de su marido, también está allí.

Harry cree que _____ no tiene ni idea de en lo que se está metiendo, pero cuando ella consigue explicárselo, solo le queda una salida. Será él quien la guíe en este mundo de oscuras fantasías, el único que pueda acariciarla. Y el único al que _____ se someterá

Capítulo 1

_____ Breckenridge examinó su aspecto en el espejo, nerviosa pese a saber que no iba a verla nadie. Salvo Harry. Estaba segura de que él estaría allí, como en los dos últimos años, dispuesto a acompañarla al cementerio para depositar las flores en la tumba de su esposo en un día tan señalado.

El ramo descansaba sobre la consola del recibidor. _____ solo tenía que cogerlo y salir de casa. Pero vaciló, porque aquel año... aquel año era diferente.

Pese a la sensación de reticencia que la embargaba, estaba decidida: tenía que pasar página y seguir adelante con su vida. Le dolía y, sin embargo, al mismo tiempo sentía una suerte de alivio, como si le hubieran quitado un enorme peso de encima. Había llegado la hora. Lo único que quedaba por hacer era ir al cementerio y despedirse de Carson.

Se alisó la camisa y deslizó las manos por los pantalones vaqueros, hacia las rodillas. No era la prenda que había llevado en los anteriores aniversarios de la muerte de su esposo. Los dos años anteriores había ido vestida de negro riguroso. No le había parecido correcto ir ataviada con ropa informal, como si la visita al cementerio no revistiera importancia.

Pero también sabía que Carson no desearía que ella viviera así. Él querría verla feliz, y no le gustaría que siguiera llorando su ausencia.

Suspiró, se aplicó un poco de brillo en los labios y se recogió la larga melena en una coleta, en forma de moño despeinado.

Esa era la verdadera _____: nada puntillosa, más cómoda con un par de vaqueros y con una camisa desenfadada que con los caros vestidos y joyas con que Carson la agasajaba. Solo había hecho una excepción: llevaba puesta la ropa interior sexy que a su marido le encantaba que se pusiera.

Entornó los ojos, negándose a mirar atrás, a recordar el tacto de sus caricias, de sus manos deslizándose por su cuerpo, un cuerpo que Carson conocía mejor que ella misma. Él sabía exactamente cómo complacerla, cómo tocarla, besarla, hacerle el amor...

Carson le había dado todo lo que ella habría podido desear: amor y respeto; todo, excepto lo que más necesitaba, algo que jamás se le habría ocurrido pedirle. Lo amaba demasiado como para pedirle algo que él no podía darle.

_____ se zafó de aquel sentimiento de tristeza, decidida a enfrentarse al nuevo día y a la vida, su nueva vida.

Cogió las flores, sus favoritas, se las acercó a la nariz y cerró los ojos al tiempo que inhalaba su aroma. Eran las flores que Carson siempre le regalaba, para su cumpleaños, su aniversario o por cualquier otro motivo especial. En aquella ocasión, _____ las depositaría sobre su tumba, después cerraría una página de su vida y no volvería a pisar el cementerio nunca más.

No necesitaba ver la fría lápida de mármol con el epitafio para pensar en su esposo. No era así como deseaba recordarlo. Estaba harta de torturarse plantada allí, de pie, delante de la tumba, llorando su ausencia sin consuelo.

One ShotsWhere stories live. Discover now