[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 40 "JARDÍN IMPERIAL"

"Volveré al Palacio del Príncipe en el futuro." No esperaba que Ke Wei Qing dijera con firmeza: "¡Hasta entonces, estudiaré duro!"
　　
"Oh,ambicioso, como un hombre varonil". Yong Lin sonrió y acarició el hombro de Ke Wei Qing: "Aunque ahora seas un niño pequeño."
　　
"¡Voy a crecer! Dentro de tres años, ¡estaré listo para ir a la guerra! . Ke Wei Qing no sabía cuántas veces protestaría por esto.
　　
"Sí, jaja". Yong Lin se rió a carcajadas antes de enderezarse de repente: "Xiao Qing , ¿sabes qué?".
　　
"¿De qué se trata?"
　　
"En el palacio, la gente demasiado poderosa no vive mucho tiempo".
　　
"¿Eh?" El rostro de Ke Wei Qing se puso blanco de repente, como si hubiera recibido un fuerte golpe: "¿Por qué?".
　　
"Cuando crezcas, lo sabrás". dijo Yong Lin con una sonrisa irónica.
　　
"Entonces ......'' Ke Wei Qing se agarró las rodillas y dijo con lágrimas en los ojos: ''Entonces, Su Alteza el Príncipe Heredero... ¿morirá?"
　　
En el momento en que pronunció la palabra "morir", ¡a Ke Wei Qing se le saltaron las lágrimas y sus labios se apretaron de dolor!
　　
"¿Eh?" Yonglin no se quedó boquiabierto y murmuró: "El Príncipe no morirá".
　　
"¿Pero has dicho ......?" Ke Wei Qing miró a Yong Lin con lágrimas en los ojos.
　　
"Sí, el palacio es peligroso, pero el Príncipe Heredero es la excepción a la regla. En otras palabras, él es más poderoso que nadie, así que no le pasará nada".
　　
"¿De verdad no le a pasará nada?"
　　
"Te lo prometo, ¿no tiene un guardia leal como tú?" Yong Lin acarició suavemente el rostro humedecido por las lágrimas de Ke Wei Qing, "Así que no llores..."
　　
"Bien ......", Ke Wei Qing dio un enorme suspiro de alivio.
　　
"Eres realmente interesante, o muy impresionante..." En este corto período de tiempo, Yong Lin se sintió abrumado por él, y estaba completamente perdido.
　　
Siempre había sido él el único que daba dolores de cabeza a los demás.

"¿Qué?"
　　
"Oh, parece que te he hecho llorar otra vez". Yong Lin aún recordaba la última vez que Ke Wei Qing cayó del tejado y aterrizó sobre sus nalgas, tenía los ojos enrojecidos...
　　
Ke Wei Qing se secó la cara en silencio con la manga. Hay un dicho que dice que un hombre no debe llorar a la ligera(1), pero ¿por qué no podía resistir las ganas de llorar?
　　
Mirando a Ke Wei Qing, que era tranquilamente lindo e inesperadamente directo, Yong Lin se encariñó cada vez más con él, sin embargo, pronto pensó en otra cosa.
　　
¿Podría ser que el Noveno Hermano sintiera lo mismo y por eso enviara a Ke Weiqing fuera del Palacio del Este? Era difícil que un niño tan deslumbrante como él pasara desapercibido.
　　
Pero ser deslumbrante es demasiado peligroso para un niño. ¿Es precisamente porque es valioso por lo que está escondido en el Hospital Imperial?
　　
Podría decirse que se trataba de un intento deliberado de cultivarlo pero evitala mirada del público, igual que cuando Huang Ye le enseñó artes marciales pero lo mantuvo en silencio.
　　
Un príncipe que siempre está enfermo y es débil e ignorante es menos probable que invite a otros a hacerle daño.
　　
"Xiao Qing , vamos a engancharnos(2), ¿de acuerdo?" Yong Lin extendió su pequeño pulgar y sonrió.
　　
"¿Engancharnos?"
　　
"Es enganchar los pulgares juntos... Sí, así, engancha con fuerza". Yong Lin enseñó a Ke Wei Qing con la mano, como enganchar los dedos juntos , y luego hacer que los pulgares de ambos se superpongan entre sí.
　　
"¿Esto es?"
　　
"Enganchados, sube la melodía, durante cien años, nada cambiará ". Yong Lin recitó la canción infantil con seriedad: "Xiao Qing y yo somos buenos hermanos, nadie puede contar este secreto".
　　
"¿Su Alteza y yo?" Ke Wei Qing se sintió algo halagado.
　　
"¿No quieres?"
　　
"No es eso....." Ke Wei Qing sonrió tímidamente. Estaba en el palacio y aún no tenía amigos, así que preguntó alegremente: "¿gancharse, significa tener un pacto?"
　　
"Sí, eres muy inteligente". Yong Lin estrechó la pequeña mano de Ke Wei Qing, "Vamos, Xiao Qing."
　　
"Entendido". Ke Wei Qing le estrechó la mano de la misma forma que lo había hecho él, pensando para sí: Es curioso cómo ha aprendido algo nuevo en palacio, ¡sólo que no sabe cuándo podrá decírselo a Su Alteza, el Príncipe Heredero!
　　
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