[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 69 ESPECIAL PARTE 1

"Sip".

Debido al calor del día, la fina camisa de seda de Ke Wei Qing se desgarró fácilmente. Aunque se esforzaba por impedirlo, los dedos de Huang Ye llegaban al interior de la blusa de seda y retorcían impunemente los pequeños y tiernos pezones.

"¡Mmm!" El escozor del pellizco en esta tierna parte de la piel hizo que Ke Wei Qing apretara los dientes, pero hubo una sensación de adormecimiento que se fue con el dolor al instante.

"No es algo que hagas a menudo, pero eres muy sensible". Frotó las yemas de los dedos sobre las puntas obviamente calientes de sus pezones y rodeó la areola con las yemas de los dedos: "Incluso este lado está de pie.

Las pequeñas protuberancias flotaban amorosamente con los jadeos de su dueño, y Huang Ye no pudo evitar frotar la palma de su mano contra el pecho izquierdo ....... Naturalmente, no era el de una mujer con un pecho completo que acariciar, pero la suave piel parecía succionar sus dedos e hizo que Huang Ye jugara con ella, atacando con frecuencia las protuberancias ya hinchadas y endurecidas.

"Su Majestad ...... no ......!"

Un cosquilleo se disparó desde la cintura, desacostumbrado a tal reacción, Ke Wei Qing estaba demasiado asustado, se liberó imprudentemente del agarre de Huang Ye y esquivó a un lado, ¡pero de repente tropezó con sus pies!

Resultó que era Huang Ye quien había estirado las piernas y le había hecho tropezar con el suelo.

"¡Ah!" Ke Wei Qing intentó levantarse, pero el pie de Huang Ye le cayó encima.

"Si sigues huyendo así cada vez, yo también me impacientaré". Las botas doradas de dragón de Huang Ye pisaron con firmeza las raíces de los muslos de Ke Wei Qing, las suelas de sus zapatos rozaron las partes sensibles de sus sedosos pantalones blancos. "¿O prefieres la forma ruda? De cualquier manera, puedo satisfacerte".

"No ...... por favor ...... complace a alguna concubina del harén .....", dijo Ke Wei Qing con dolor. Precisamente porque le gustaba Huang Ye, no podía aceptar ese beso piel con piel que desafiaba el sentido común.

¡Y las palabras explícitas del Emperador le hicieron sentir aún más desvergonzado! ¡Era un hombre lujurioso!

"¿Una concubina del harén? ¿Cuál? ¿Podría ser tu hermana?" El repentino aumento de la voz de Huang Ye estuvo marcado por una rabia de la que ni siquiera él era consciente.

Entonces agarró a Ke Wei Qing, lo volteó, lo arrastró hacia la larga mesa de piedra y lo sostuvo boca arriba.

"¡Su Majestad ......!" Las delicadas tazas de té y los platos cayeron al suelo, derramando sus jugos.

"¡Todo lo que quiero es a ti! Hasta que esté satisfecho, ¡abrirás las piernas y dejarás de decir tonterías!" Esas palabras tan vulgares e hirientes salieron de la boca de Huang Ye, ¡haciendo que Ke Wei Qing se sintiera mareado de dolor en el corazón!

Lo primero que hizo fue quitarle los pantalones a Ke Wei Qing sin mucho esfuerzo, le dobló las piernas y las separó hacia los lados antes de agacharse y presionar.

"¡Emperador ......!" El rostro erguido y aterrador de Huang Ye estaba tan cerca que Ke Wei Qing se mordió los labios avergonzado, pero fue rápidamente apartado por sus pulgares. Los labios dominantes, moderadamente gruesos y finos, se aplastaron, impidiéndole volver a decir la palabra "no".

Era imposible saber si fue la lengua o los dientes de Huang Ye los que se encontraron primero. La ardiente sensación estalló y vino de frente, los labios apretados y la lengua chupada y lamida, ¡trazando su camino desde la raíz hasta la punta de la lengua!