[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 143 " JING TING RUI"

Los copos de nieve parecían caer como estrellas, brillando bajo el reflejo de las linternas del palacio.

Siete doncellas de palacio, seis niñeras y dos nodrizas, en un momento en que deberían haber estado reunidas alrededor de una estufa caliente, descansando, llevaban linternas y paraguas de papel, buscando ansiosamente el paradero de Qing'er, el Gran Príncipe, en la Puerta de los Cien Hijos.

Qing'er tenía ya un año y tres meses, y preguntaba por su padre y su madre en todas partes. En los últimos días, Ke Wei Qing había estado viniendo a la guardería, cogiendo en brazos a Qing'er, enseñándole a hablar, a cantar y a andar.

De hecho, el Gran Príncipe ha aprendido rápido, diciendo "Padre" y "Papa" con voz lechosa, pero con unos modales decentes y educados que hacen sonreír a la gente.

Y aunque caminaba de izquierda a derecha como un patito, era tan rápido cuando corría que desaparecía en un abrir y cerrar de ojos, ¡y no te permitía distraerte ni un momento!

Le acababan de dar de comer gachas de leche y le habían dejado descansar en su habitación cuando se puso el sol. Media hora más tarde, cuando la hermana volvió a la habitación interior para ver cómo estaba, vio la colcha levantada sobre la cama caliente, ¿dónde estaba el pequeño ancestro?

¡Vaya tormenta! Las doncellas de palacio y los eunucos de la Puerta de los Cien hijos se alarmaron. Si esto llegaba a oídos del Emperador, sus vidas correrían peligro. El Emperador ha estado tratando al Gran príncipe como a un bebé precioso, sosteniéndolo en su mano, con temor a aplastarlo.

Y Ke Wei Qing también pensaba mucho en su hijo, ¡Si lo supiera, estaría tan asustado que vendría aquí de la noche a la mañana a buscarlo! Está embarazado de un heredero dragón, y si pierde du embarazo debido a esto, ¡Serian decapitados!

Por lo tanto, el asunto fue suprimido temporalmente por el eunuco y no se informó por el momento, y todos se separaron para buscarlo. Esto no es una calle, ¿cómo podría un niño desaparecer en el aire?

Sin embargo, la Puerta de los Cien Hijos no era ni demasiado grande ni demasiado pequeña, pero después de medio día de búsqueda, ya había anochecido, ¡y el Gran Príncipe seguía sin aparecer por ninguna parte!

"¿Qué debemos hacer ahora? ¡La nieve es cada vez más pesada y Su Alteza es aún tan joven, que si se cae en algún sitio, le pasará algo ......!" Una doncella de palacio dijo con preocupación y rompió a llorar.

Cuando lloró, los demás también lloraron, y la anciana abuela incluso sollozó y suplicó al Bodhisattva y adoró a los antepasados, todo era un desastre.

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La puerta de los Cien Hijos está alborotada y todos han perdido el alma. Pero fuera de la Puerta de los Cien Hijos, los sinuosos pasillos y jardines estaban en silencio, salvo por los copos de nieve que caían en una ráfaga.

Con sólo diez años, Jing Ting Rui, un joven que ya es guardia con espada en palacio, pasea por el jardín con un paraguas de papel de aceite.

El tranquilo y apartado jardín del palacio era tan profundo y amplio que, incluso en la noche nevada, parecía muy altivo e imponente.

Pisando la espesa nieve, Jing Ting Rui subió los escalones de piedra y se disponía a dirigirse a la oficina del guardia cuando, de repente, advirtió algo extraño en el jardín de flores que había bajo el largo corredor.

Una mancha blanca como la nieve se encogió de hombros entre los densos arbustos. ¿Era una liebre? ¿O un gato salvaje? Jing Ting Rui se quedó estupefacto y, cuando quiso marcharse, le invadió una punzada de lástima. La nieve era cada vez más intensa y el viento arreciaba, así que esta cosita moriría congelada antes del amanecer, ¿no?