[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 98 "DIFÍCIL"

La bruma del amanecer iluminó poco a poco el muro de la valla, y el sol salió lentamente, dorando el suelo del pequeño patio con una brillante luz dorada.
　　
Ke Wei Qing nunca había sentido un amanecer tan cegador. Estaba semidesnudo, llevaba un pantalón verde piedra y estaba sacando un cubo de agua del depósito para ducharse.

Huang Ye se había marchado antes del amanecer, y un carruaje había venido a recogerlo. Li Deyi, el eunuco jefe, parecía saber que el emperador estaba aquí, y no le preocupaba que hubiera estado "desaparecido" toda la noche.

Pero Ke Wei Qing ya no tenía fuerzas para escoltar al Emperador, se sentía dolorido en todo el cuerpo incluso al levantarse de la cama. Especialmente sus caderas, que se habían puesto en varias posiciones la noche anterior para soportar los avances nocturnos de Huang Ye.

Y el estrecho agujero que se había llenado de aceite de lámpara y que había sido penetrado y eyaculado, palpitaba vagamente, recordándole de vez en cuando cuán loco fue su comportamiento anoche.

¡Hong Liu no puede verlo en este estado!

Ke Wei Qing se apoyó a regañadientes en este pensamiento y salió al exterior. Aquí no había baños, y a todos los residentes de la calle de la Paloma Pequeña les gustaba ir a las grandes casas de baños de fuera para bañarse.

.... Así que tendrá que conformarse con agua de pozo para aclararse.

*¡Splash!*Ke Wei Qing se echó un cubo de agua en la cabeza, lo que no sólo le refrescó completamente, sino que le quitó el sueño de golpe.

Luego buscó otro cubo de agua y se sentó en un montículo de piedra, tomó un paño grueso y se limpió la nuca, sin darse cuenta de que el agua fría había irritado los chupones impresos en su piel bronceada, haciéndolos aún más profundamente rojos.

"¿Quieres que te ayude?"

Una voz sonó de repente detrás de él, sobresaltando a Ke Wei Qing, que giró la cabeza sólo para encontrar a Hong Liu ya levantado y de pie, completamente vestido.

"...... No hace falta, ve a cortar leña, yo haré el desayuno". dijo Ke Wei Qing, con una voz inusualmente ronca.

"Preparé la leña ayer". Los ojos de Hong Liu estaban ligeramente vidriosos, como si no pudiera apartar la vista del largo y húmedo cabello y el pecho desnudo de Ke Wei Qing.

Al notar esto, Ke Wei Qing sonrió tímidamente y se dio la vuelta: "Pronto terminaré de lavarme."

"General, no hay necesidad de ser tan apresurado". Hong Liu no sabía lo que le pasaba, pero al ver el rostro tímido de Ke Wei Qing, quiso besarlo.

Tomó el paño áspero en la mano de Ke Wei Qing y le limpió la espalda musculosa: "Aquí, no puedes limpiarte tú mismo".

"Oh, sí". Ke Wei Qing sonrió: "Gracias, pero será mejor que lo haga yo mismo".

"General ......" Hong Liu sujetó los hombros de Ke Wei Qing que quería darse la vuelta, luego bajó la cabeza y besó los músculos húmedos de su espalda.

Esta cálida sensación hizo que Ke Wei Qing se congelara al instante, como si estuviera bajo un hechizo, incapaz de moverse.

"General ...... Yo......" para Hong Liu no fue suficiente marcarlo con un beso, sus manos incluso abrazaron la cintura y el estómago de Ke Wei Qing, queriendo acariciarlo.

"¡Hong Liu!" ¡Ke Wei Qing apartó violentamente su mano y lo empujó!

Hong Liu no pudo tomar precauciones y cayó al suelo, derribando el cubo y empapándolo de agua.

Ambos se miraron sorprendidos, pero en los ojos de Ke Wei Qing había mucha confusión.

La cara de Hong Liu se puso roja de repente y se levantó de un salto, abrió la puerta del patio y salió corriendo, sin importarle si estaba mojado o no.