[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 101 ESPECIAL

"Wei Qing ......" Los brazos de Huang Ye, que sujetaban firmemente la cintura de Ke Wei Qing, se movían lentamente de forma rítmica mientras empujaban más adentro, estirando el agujero que se había apretado alrededor de la hoja de dragón hasta el punto de que casi sangraba.

"¡Su Majestad! ¡Deténgase... deténgase!" En cuanto Huang Ye se movió, Ke Wei Qing agitó las manos hacia atrás como si quisiera detener la invasión del emperador.

"¿Por qué quieres que me detenga?" Huang Ye exhaló un profundo suspiro, claramente sabía cuán felizmente se envolvió con fuerza cuando llegó allí. La perla se introdujo en lo más profundo, haciendo lo que se suponía que debía hacer, agitando las paredes de sus entrañas mientras hurgaba y golpeaba.

"No puedo ...... ah ...... Yo ...... no puedo soportarlo ......" Los ojos de Ke Wei Qing estaban rojos, sus labios se separaron y su aliento era caliente, sacudiendo la cabeza incontroladamente en respuesta al impacto detrás de él.

"¿Muy cómodo?" Después de retirarse un poco, Huang Ye volvió a embestir. El súbito y profundo entierro hizo que un espasmódico escalofrío recorriera la espada de Ke Wei Qing y que una tentadora capa de fino sudor emergiera de los gruesos músculos de su espalda.

"¡Estoy ...... ...... no ...... voy a correrme otra vez ......!" Cuando el espeso néctar brotó apasionadamente, Huang Ye golpeó con más fuerza sus estrechas nalgas, emitiendo un fuerte sonido de bofetada.

El frenético placer hizo que Ke Wei Qing se sonrojara y se confundiera mientras su cuerpo era perforado profundamente y frotado con fiereza. Los pliegues internos ardían de excitación, desafiando la voluntad de su amo y aferrándose sin permiso a la escaldada dureza. Y la perla fue golpeada, masajeando los pliegues internos extremadamente sensibles de un lado a otro, con la sensación de que sus dedos también se burlaban de ellos.

Ke Wei Qing no podía imaginar que esa sensación pudiera ser real. ¿Cómo ha podido ocurrir esto? Desbordado de placer, no sabía qué hacer, las lágrimas rodaban por sus mejillas ......

"Perdóneme ...... Su Majestad ...... por favor ...... no ...... deje de moverse...dentro.... ¡ah!"

"¿Qué estás diciendo? Wei Qing, aún no me he corrido ......" Huang Ye se movió para enderezar la parte superior de su cuerpo se arrodilló sobre una rodilla y luego utilizó sus manos para tirar de la cintura de Ke Wei Qing para que sus caderas se presionaran contra las suyas. La entrepierna se agitó y vibró violentamente, y Ke Weiqing dejó escapar un pequeño gemido, con la cabeza echada hacia atrás sin poder evitarlo, con el pelo oscuro desordenado sobre los hombros.

"Realmente no puedo ...... Su Majestad ...... Perdóneme ...... ¡ahhhhhh!"

"......!" Como si se sintiera tentado por los gritos de Ke Wei Qing, Huang Ye golpeó con fuerza durante una docena de veces, y de repente se inclinó y se apretó contra la espalda de Ke Wei Qing, vertiendo todo el líquido caliente en las profundidades de su tierno agujero ......

* * * *

"...... oooh!"

Al cabo de un tiempo desconocido, ya había anochecido en el exterior, pero Ke Wei Qing seguía desnudo, abrazado a sus rodillas, acurrucado en un ovillo, con los ojos húmedos medio abiertos, medio cerrados, mirando las magníficas ventanas del palanquín decoradas con dibujos de dragones y fénix en el interior del palanquín de flores.

Sin embargo, incluso con los suaves cojines, cuando las ruedas se balanceaban, la cintura y las caderas temblaban con ellas. Las perlas enterradas en lo más profundo, mezcladas con néctar, seguían violentándolo, carcomiendo su autoestima con una excitación indescriptible.