[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 52 "REUNIÓN"

"Un año más tarde ......", Huang Ye volvió a hablar con una voz mágica y encantadora.

"¿Hm?" Ke Wei Qing se quedó mirando mudo a Huang Ye en el trono, su atención se había desviado por completo.

"Si te retrasabas un año más", dijo Huang Ye en voz baja mientras se levantaba y bajaba los escalones de jade, "Iba a enviar a mis tropas ...... para traerte de vuelta..."

"¡Merezco morir ......!"

Ke Wei Qing inmediatamente se arrodilló para pedir perdón, tenían un acuerdo de irse por sólo dos años, era Ke Wei Qing quien había sido negligente.

Pero Huang Ye se acercó a él y lo agarró del brazo, impidiéndole arrodillarse.

"¿Su Majestad?" Ke Wei Qing  no pudo evitar levantar la vista, sólo para ver aparecer una sonrisa extremadamente emotiva en el rostro de Huang Ye.

Sin mediar palabra, sólo un tirón, Ke Wei Qing cayó en los brazos de Huang Ye, sus ojos se abrieron de repente y su corazón se contrajo a la vez, su respiración aumentó de repente, y la sangre que corría a una velocidad vertiginosa hizo que todo su cuerpo se calentara.

Los fuertes y poderosos brazos de Huang Ye rodearon la cintura, la espalda y los brazos de Ke Wei Qing  como para confirmar su presencia, sujetándolo con fuerza.

No sabía cómo había permitido que Ke Wei Qing  se fuera.¡Tres años! En un momento dado, pensó que moriría en uno de esos países donde la peste había estallado y la guerra era constante.

Mientras contemplaba los fuegos artificiales esta noche, volvió a pensar en Ke Wei Qing. Si había algo tan hermoso como los fuegos artificiales en el mundo, probablemente era Ke Wei Qing.

No le importaba que Ke Wei Qing hubiera roto su promesa, pero le preocupaba que la guerra afectara su seguridad, y había enviado centinelas secretos para localizarlo. Y uno a uno, supieron que había ayudado al pueblo de Xia a curar sus enfermedades, enseñó a estudiar a los niños del Reino de Nanlie y caminó solo por el desierto hasta las regiones occidentales ...

Al final, las noticias se perdieron repentinamente, y los centinelas secretos regresaron a la ciudad imperial uno a uno, sin éxito.

Buscar a un vagabundo en diez reinos, especialmente con la situación actual, era como buscar una aguja en un pajar, y Huang Ye es muy consciente de ello, pero no había forma de dejar de pensar en él, y buscó casi frenéticamente el rastro de Ke Wei Qing.

Cuanto más tiempo pasaba con el poderoso e intrigante Zhao Guowei, y cuanto más intensa se hacía su lucha, más echaba de menos la sonrisa inocente de Ke Wei Qing.

Cuando estaba cerca, no le prestaba especial atención, siempre lo daba por sentado. Huang Ye no entendía qué era ese sentimiento, y después de perder la compañía de Ke Wei Qing , siempre miraba a la distancia sintiéndose perdido.

"¿Su Majestad ......?" Por supuesto que no existe tal ritual de abrazo estrecho entre un rey y sus súbditos, Ke Wei Qing se sintió conmovido y confundido a la vez, y su cara se puso roja.

"Tu ......, por fin has crecido". Huang Ye soltó su abrazo y miró la cara de Ke Wei Qing,  "Dieciséis años, ¿verdad?".

"Sí, Su Majestad". Ke Wei Qing  sonrió y asintió. Fue gracias a este abrazo desmedido que se tranquilizó al saber que este hombre seguía siendo su amo, su alteza.

"Naciste en la luna fría(1), no pude darte una fiesta de dieciséis años".

"No es nada, Su Majestad, originalmente fui huérfano, es lo mismo si cumplo años o no, pero para su cumpleaños, Su Majestad, he preparado un regalo". El paño de satén rojo de Xilian que Ke Wei Qing  había comprado y la bolsa de viaje que llevaba encima fueron recogidos por el eunuco cuando entró en el palacio.