[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 107 "LA FURIA DEL EMPERADOR"

<<<En la capital Suiyang, Palacio de Qinzheng.>>>

Cuando el atardecer de color sangre tiñó las baldosas doradas de la sala, se oyó un fuerte golpe que hizo que los eunucos que custodiaban la puerta de la sala se estremecieran y bajaran la cabeza.

Huang Ye estaba enfadado, o mejor dicho, había habido nubes oscuras en su cabeza durante los últimos días.Nadie en el palacio se atrevía a hablar en voz alta, incluso caminaban en silencio, con la cabeza hundida por miedo a molestar al Emperador.

Sin embargo, la Consorte Lan insistió en ver al Emperador en ese momento, y trajo una taza de ginseng y sopa de loto de nieve y lirio, diciendo que era para que el Emperador bajara su fuego y tonificara su cuerpo.

Li Deyi no aguantó su insistencia y la dejó entrar, y efectivamente, ¡no tardó en llegar el sonido de algo rompiéndose desde el interior!

"¡Fuera de mi vista!" El grito fue grueso y ronco, tan espantoso como un trueno sordo rodando por el aire, y la consorte Lan salió corriendo llorando y lamentándose.

Los dos hermanos, Qing Yun y Qing Fou, se dirigían por casualidad a una audiencia con el Emperador, y se sorprendieron al encontrarse con una consorte Lan llorando en el pasillo.

Se miraron asombrados, pero la consorte Lan les dirigió una mirada feroz y se dio la vuelta para marcharse.

"¿Qué debemos hacer? Hermano, ¿todavía tenemos que entrar?" Qing Yun se frotó la nuca, avergonzado. Lo que habían traído esta vez no eran buenas noticias, y si entraban ahora en el estudio imperial, acabarían peor que la consorte Lan.

"Pero esto es un asunto militar, no podemos retrasarlo, tenemos que entrar aunque nos decapiten. Las gruesas cejas de Qing Fou se unieron  como el caracter Chuān(1) ¡sabía que esta noticia echaría más leña al fuego del Emperador!

"Uf, entremos entonces".QingYun se atrevió a pedirle a Li Deyi que entrara a informarles. Al poco rato, el eunuco Li volvió y les invitó respetuosamente a entrar, diciendo que Su Majestad los estaba esperando.

Qing Yun y Qing Fou entraron en la lúgubre Sala de Estudio Imperial, que no estaba iluminada ni tenía ventanas abiertas. Aunque era verano, en el vestíbulo soplaba un viento frío que provocaba escalofríos.

"Me inclino ante Su Majestad, ¡viva, viva, viva!" Qing Fou fue el primero en arrodillarse e inclinarse, y Qing Yun se apresuró a seguirlo.

"Todos de pie". dijo Huang Ye con indiferencia, sentado detrás del escritorio de libros, hojeando los memoriales enmarcados en seda amarilla.

"¡Gracias, Su Majestad!" Qing Fou y Qing Yun se levantaron. Había tanto silencio en el estudio imperial que podían oír sus propios latidos, qye estaban violentos y ansiosos.

"¿Cómo va todo? Ha pasado medio mes desde que los envié, así que deberían haber obtenido alguna información, ¿no?" Huang Ye levantó los ojos y miró a los dos hermanos. Habían recibido órdenes secretas de disfrazarse de comerciantes y buscar el paradero de Ke Wei Qing.

Desde que se lo llevó Yong Lin, había desaparecido por completo. Huang Ye envió a 6.000 soldados de élite a buscar puerta por puerta en la capital y en los alrededores de la residencia del Príncipe Ke, pero no pudieron dar con el paradero de Ke Wei Qing. Huang Ye envió entonces a 10.000 tropas pesadas a rodear Gai Zhou, pero la residencia del Príncipe hacía tiempo que estaba vacía, y ni siquiera los lugareños sabían cuándo se había mudado el Príncipe Mu Ren, por lo que lo había hecho en secreto.

Evidentemente, Yong Lin se había llevado a Ke Wei Qing de forma premeditada esta vez, y Huang Ye estaba ansioso por ello porque no sabía qué tipo de cosas le haría Yong Lin a Ke Wei Qing.