[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 138 "VIGILANDO"

Ya era hora de que se encendieran las luces en el Palacio Jinyan, y tras compartir una comida con Su Majestad, Shuolan regresó a su alcoba, arrastrando su larga falda de seda amarilla.

"Su Majestad, la vieja esclava irá a preparar el agua del baño ahora''. La anciana Li y varias doncellas de palacio se retiraron. Tras mirar a su alrededor para cerciorarse de que no había nadie en la habitación, Shuolan se dirigió al tocador, donde, además del espejo de bronce y la polvera, había un joyero cuadrado de madera de sándalo con fénix tallados, regalo que le hizo la emperatriz viuda Sun cuando fue coronada consorte.

Shuo Lan abrió la caja, apartó las cadenas de perlas, las pulseras de jade, los anillos de rubíes y otras joyas caras, y sacó la brillante Horquilla Esmeralda con Cuatro Fénix y Nueve Soles Nacientes, sus ojos brillaban y la acarició con cariño.

Esta horquilla era tan hermosa que llevarla le hacía sentirse como la madre del Gran Yan, llena de una nobleza sin igual, pero también, casi le trajo problemas.

Si no se hubiera dado cuenta a tiempo de que el eunuco Zhao, que la estaba peinando, había tocado esta horquilla de oro, el asunto entre ella y la emperatriz viuda habría sido descubierto.

Fue un dolor de cabeza, pero ¿qué podía hacer si tenía la horquilla pero no podía ponérsela? ¡Era una maldición!

Todo terminó ahora, el eunuco peinador que no sabía lo que hacía había tomado la horquilla y la había vendido fuera del palacio, ¡y ella, la Consorte Lan, lo había trapado en el acto! Entonces envió a su personal de palacio a ofrecer una gran recompensa fuera del palacio y finalmente encontró la horquilla en una joyería. El propietario, sin saber que había comprado lo robado, lo ofreció atemorizado y "especificó" que debía presentárselo al consorte Lan. ¡así que despues de muchos giros y vueltas, la horquilla de oro llegó a sus manos de una forma muy lógica!

Todo el mundo sabe que la emperatriz viuda fue la que más la amó en vida y que, tarde o temprano, le regalaría esta horquilla de oro.Y esto es algo que nadie podía objetar.

En cuanto al viejo eunuco, ya debe haber muerto de agotamiento en la montaña de Piedra.

Shuolan sonrió con frialdad. Insertó lentamente la horquilla dorada en el suave moño negro de fénix, el brillo bajo el resplandor de la linterna, era como si un hada descendiera de la tierra, ¡Su belleza era impresionante!

Sin embargo, los ojos de fénix hechos de ágata de sangre se veían muy deslumbrantes en este momento, como si estuvieran sangrando. Shuolan miró la horquilla dorada en el espejo de bronce y frunció el ceño ligeramente.

"¡Snap!"

Shuola se quitó la horquilla y la volvió a guardar en la caja. Al fin y al cabo, era la horquilla de un muerto y y era poco propicio llevarla así.

Es mejor dejarlo por un tiempo, pensó Shuolan, bostezando y estirando los brazos mientras llamaba a alguien para que la sirviera en el baño.

#############

Había luna llena y la brillante luz de la luna brillaba a través de la ventana de hierro en la humilde habitación, que tenía dos grandes filas de kangtang(1), con un pasillo en medio, salpicado de telas polvorientas y zapatos de paja.

En la larga cama había una estera de paja y una manta fina para cada persona, y la ropa de los presos estaba doblada para que sirviera de almohada. El sonido de los ronquidos, el crujir de dientes y los pesados murmullos del campo siempre animaban la noche.

"¡Mmm!" Un jadeo incontrolable convergió en una variedad de sonidos que parecían un poco inusuales, como si algo estuviera siendo reprimido.

El crujido se hizo más fuerte, y en el rincón más recóndito contra la pared estaba la cama de Hong Liu y Gan Long, y Ke Wei Qing dormía junto a ellos, tumbado de lado, de espaldas a ellos.