[[Amor en el Palacio]]

CAPÍTULO 101

¡Pah!

"¡Perdóneme, el último general todavía tiene algo que hacer, así que me iré por ahora!" Ke Wei Qing se levantó asustado, pero pisó el tablero de ajedrez, desparramando las piezas y casi derramando el té.

"¿Cómo puedes ser tan descuidado?" Huang Ye frunció un poco el ceño, pero no se enfadó realmente y dijo tranquilamente: "¿Quieres que te castigue?"

"No, no, yo ......" Ke Wei Qing estaba limpiando a tientas el tablero de ajedrez cuando Huang Ye extendió la mano y le agarró los dedos, "Olvídate de eso, ven a hacerme compañía."

"......" Ke Wei Qing se sonrojó tratando en secreto de retirar su mano, pero Huang Ye le dio un fuerte tirón, perdiendo el equilibrio y cayendo en el palanquín.

Huang Ye tomó sus manos como algo natural, las presionó a ambos lados de su rostro y lo miró fijamente.

"Su majestad, su majestad ...... no, no juegue, ¡esto no está bien!" Un escalofrío en su espalda le decía que si algo pasaba aquí, sería tan humillante como tener sexo a la vista de todos.

"¿Qué pasa?" preguntó Huang Ye, abriendo las piernas de Ke Wei Qing con sus rodillas, presionándolo tan fuerte que apenas podía moverse.

"El último, el último general perdió y fue castigado con quitarse la ropa, ¿por qué el último general tiene que seguir quitándose la ropa cuando gana?" Dijo Ke Wei Qing con una cara llena de vergüenza, y luchó con fuerza.

"Oh, eso es fácil, me gusta hacerlo todo yo. Verte desnudar es ciertamente agradable a la vista, pero me gustaría hacerlo yo mismo ......", dijo Huang Ye, soltando la muñeca de Ke Wei Qing con su mano derecha y acercándose a la armadura.

La armadura era muy diferente de la suave seda que llevaban las concubinas, las piezas de la armadura que estaban ensartadas con una fina cuerda de cáñamo retorcida y atadas firmemente con finos cordones de cuero no eran en absoluto fáciles de desatar.

"¿Lo hiciste a propósito?" Preguntó Ke Wei Qing, atónito, ¿así que Huang Ye ganó primero y perdió después?

"No hablemos de la partida de ajedrez en un momento como este, es una distracción." Huang Ye tiró de los cordones de cuero y le quitó la armadura, por suerte no era un atuendo de batalla formal, de lo contrario habría tardado mucho en quitársela.

"¡Su Majestad! No puedo ......". A Ke Wei Qing siempre le preocupaba ser descubierto por alguien y se esforzaba por advertir al emperador.

"Li Deyi está fuera, sabe que te estoy convocando, no dejará que nadie más me moleste". Huang Ye dijo en cambio.

"¡Este ......!"

"¿O quieres que te ate para que te comportes?", dijo Huang Ye intimidantemente.

"¡No me ates ......!" Los ojos de Ke Wei Qing estaban muy abiertos y su voz estaba llena de timidez. Si estaba atado, no se sabía qué pasaría.

"Entonces quédate quieto y déjame amarte bien. Mira, tanto la vista fuera del palanquín como la vista dentro del palanquín son hermosas, ¿no? ......" Las dulces palabras siempre llegan rápidamente, haciendo que el corazón de Ke Wei Quing lata cada vez más rápido mientras decide sise resiste o no. No

"Wei Qing, te has vestido tú solo, ¿no?" Incluso siendo un gran general, no tenía sirvientes que le sirvieran, y Huang Ye sabía por los nudos de la cuerda que Ke Wei Qing había atado hacia fuera que se había vestido con su armadura

"Hmm ......", respondió Ke Wei Qing en voz baja. ¡Todavía no estaba desnudo, pero tenía la ilusión de ser visto desnudo,porque el fuego que ardía en los ojos de Huang Ye era demasiado intenso!