La Atrevida Esposa del Sr. Tycoons 2

Capitulo 257: Aprovechandose

Yang Feng dejó su bolígrafo a la derecha cuando un golpe resonó en la sala de la oficina. Presionó un botón y entró Chen Gaonan con una expresión espantosa en su rostro. Se podían ver gotas de sudor frío en su frente. Hoy fue un día de traición.

"Presidente Yang, se han descubierto los archivos que solicitó al banco. Los piratas informáticos intentaron destruir la evidencia, pero nuestro equipo logró recuperarla". Chen Gaonan tragó saliva. Sus dedos apretaron el sobre porque esto determinaría el destino de su jefe con Zhao Lifei.

"¿Quién es?" Yang Feng volvió al trabajo. No pensaba prestar mucha atención a su secretaria. Había muchos documentos que tenía que revisar.

"Es su padre."

El silencio fue ensordecedor.

Chen Gaonan tembló en sus zapatos cuando el aire alrededor de la habitación se volvió destructivo. En repetidas ocasiones se secó el sudor frío de la frente con un pañuelo.

¡GRIETA!

Chen Gaonan dejó escapar un pequeño grito cuando el bolígrafo en la mano de su jefe se partió en dos. El tragó saliva.

"Agárrelo". Yang Feng arrojó la pluma a la basura. "Comuníquese con Zhao Moyao de inmediato". Cruzó la mano frente a él, apoyando su rostro sobre ella. Estaba perdido en sus pensamientos. ¿Qué clase de padre enfermo y retorcido le haría eso a su propia hija?

Yang Feng se preocupó por su mujer. Un tío era desechable, pero un padre no. "Mantén a los miembros de la familia de Zhao Lifei lejos de mi mujer". Estaba seguro de que Wang Nuoli y su hija menor serían las primeras en entrar en pánico cuando Zhao Wenjin desapareciera.

"Secuestradlo discretamente." Ordenó Yang Feng.

Chen Gaonan inclinó la cabeza, "Sí, señor". Haría que el secuestro pareciera un accidente. Nadie sabría nunca quién fue el verdadero perpetrador. Las huellas podrían borrarse fácilmente y ningún policía ni detective privado podría descubrir la verdad. Él se aseguraría de ello.

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Cuando el Maybach negro atravesó las puertas de Cerulean Water Pavilions, se notificó a los sirvientes de la casa. Después de que se recibió la noticia de que la mujer en cuestión se había mudado a la casa del presidente Yang, muchos trabajadores fueron enviados a trabajar a otro lugar.

Los empleados hicieron dos filas frente a la entrada. Un coche llegó a la acera y salió un chófer vestido de negro.

Fue hacia la puerta, la abrió y se hizo a un lado para dejar que Zhao Lifei y Yang Ruqin salieran del auto.

"Bienvenidos a casa, señora y joven señorita Ruqin". Saludaron al unísono, con las manos al frente o al costado. Siguieron el protocolo y doblaron su cuerpo para realizar una reverencia exacta de noventa grados.

Un hombre y una mujer mayores de cincuenta y tantos años dieron un paso al frente, listos para recibir órdenes.

"Prepara un baño y una muda de ropa para Yang Ruqin". Zhao Lifei les notificó mientras se acercaba a los dos. Luego se fue con Yang Ruqin a cuestas.

Hu Wei vio todo su intercambio y no se sorprendió por ello. Se esperaba su comportamiento indiferente, al igual que el de una heredera adinerada, especialmente a la que se le enseñó desde muy joven cómo convertirse en una matriarca perfecta. Esperó a que las dos mujeres se perdieran de vista antes de subir al coche y conducir de regreso a la sede.

Yang Ruqin acompañó a las criadas al piso de arriba mientras Zhao Lifei exploraba la enorme casa adecuada para una familia numerosa. Se preguntó si este podría ser el segundo hogar de sus hijos. Su pie se detuvo junto a la escalera. Ahí estaba de nuevo. El mismo pensamiento sobre los niños. Estaba tan ocupada por Yang Feng que había olvidado su antiguo hábito de poner una mano sobre su estómago.

Zhao Lifei finalmente encontró el dormitorio principal donde estaban almacenados sus artículos. Había mucha ropa en el armario y la mayoría de ellas fueron compradas recientemente por Yang Feng. Agarró lo más parecido que pudo encontrar, un vestido holgado color crema con mangas que le llegaban hasta el codo. Era suave como la seda y lo usaba con facilidad. El vestido se detuvo unos centímetros por encima de sus rodillas y era lo suficientemente modesto como para no revelar demasiado, lo cual era muy adecuado para el restaurante.

Zhao Lifei envió un mensaje de texto rápido a su conductor privado. Se sentó en el tocador, abrió el joyero y, como era de esperar, estaba forrado con accesorios invaluables. Ella sacudió su cabeza. Realmente sabía cómo malcriar a su amante.

Zhao Lifei dio los toques finales a su atuendo y bajó las escaleras. Desde el vestíbulo vio que había un coche aparcado fuera.

"Oh, Feifei, ¿a dónde vas?" Preguntó Yang Ruqin desde lo alto de la escalera.

"Tengo un almuerzo de negocios al que asistir. Volveré antes de que te des cuenta". Zhao Lifei se despidió de ella y salió. El conductor salió para abrirle la puerta del auto, ella entró y le dio la ubicación del restaurante.