La Atrevida Esposa del Sr. Tycoons 2

Capitulo 288: Maestro y sirviente

Mientras se servía el postre, que era el mismo pudín de leche que Zhao Lifei logró quemar hace un tiempo, el ama de llaves entró con una caja de cartón de tamaño mediano. "Señora, esto fue entregado a nuestra casa esta mañana. Tiene su nombre impreso en la parte superior, pero no hay remitente".

Encontró que era extraño que esta caja pasara por su seguridad sin una dirección de remitente. Por lo general, cada paquete enviado a la casa se somete a una búsqueda intensiva para asegurarse de que no haya nada dañino dentro.

La cabeza de Zhao Lifei se volvió hacia Yang Feng, que estaba en la cocina detrás de ella. Estaba colocando la diminuta menta sobre el pudín de leche. Fue un espectáculo divertido de presenciar. Dedos tan grandes manejando algo tan delicado... Sus mejillas se sonrojaron cuando algo increíblemente sucio pasó por su mente. Sacudió la cabeza con brusquedad, se dio una palmada en las mejillas y luego se volvió hacia el ama de llaves.

"Déjame verlo." Zhao Lifei tomó la caja, la puso sobre la mesa y agarró el cuchillo más cercano a ella, que resultó ser el que cortaba el pan. Cortó la cinta y abrió la caja, solo para encontrar otra dentro. Rodeado de cacahuetes de espuma de poliestireno había una caja de lunares azul cielo. Ella ladeó la cabeza. Eh, quien envió la caja debe haber conocido su color favorito.

Zhao Lifei recogió la caja más pequeña y colocó la más grande en el suelo. Desató la cinta y cuando se abrió la tapa, sus ojos se abrieron con sorpresa. Sentados en la caja había patatas fritas, caramelos y chocolates, uno encima del otro.

¡RUIDO SORDO!

La caja se le cayó de las manos, su cara estaba enfermizamente pálida. Sus rodillas cedieron cuando se derrumbó en el suelo, temblando y temblando. Sus pupilas se dilataron, un sonido de timbre distorsionó su audición, y sus brazos se envolvieron alrededor de su cuerpo.

Yang Feng finalmente había logrado colocar meticulosamente la pequeña menta verde en el centro del pudín de leche cuando su concentración se rompió por un fuerte ruido sordo. Levantó la cabezade golpe, confundido por el ruido. Cuando vio a Zhao Lifei arrodillada en el suelo, agarrando su cuerpo, lo dejó todo y corrió hacia ella de un solo golpe.

"¿Qué ocurre?" Preguntó preocupado, inclinándose a su altura. Ella estaba bien hace un momento. Ahora su piel sana era tan blanca como el hielo y parecía que se había encontrado con un fantasma. "¿Mi amor?" Gritó, colocando ambas manos sobre sus hombros y sacudiéndola ligeramente. Vio que ella no lo estaba mirando, pero sus ojos estaban fijos en la caja frente a ella.

Yang Feng frunció el ceño y bloqueó su línea de visión. La atrajo a suabrazo y, para su sorpresa, ella respondió de inmediato aferrándose a él para salvar su vida. Incluso en sus brazos, ella temblaba como un gatito helado empapado en agua helada. No pasó mucho tiempo para que su respiración se volviera errática mientras tomaba bocanadas de aire en pánico.

"Deshazte de la caja". Le ordenó al ama de llaves, quien colocó todos los bocadillos en la caja, la recogió y luego se la llevó a otra parte. Sabía que el Jefe querría examinarlo más tarde, así que lo dejó junto a la puerta de su estudio privado cerrado.

Yang Feng tomó a Zhao Lifei en sus brazos y la llevó arriba, susurrándole palabras reconfortantes en el camino. "Respira, mi amor, solo respira". Abrió la puerta y la acomodó en la cama.

"¿Qué ocurre?" Le preguntó en voz baja, su corazón se hizo añicos cuando ella se negó a desenredarse de él y juntos se acostaron en la cama. Colocó su cuerpo encima de él y continuó acariciando su espalda pequeña. Ella lo abrazó con fuerza, la cara enterrada en su cuello, los brazos delgados temblando.

Zhao Lifei estaba lista para responder con un "Nada" y guardar silencio sobre sus problemas por el resto de su vida. Pero ella le hizo una promesa de hablar más. "E-la caja ..." comenzó, sus dedos agarrando el dobladillo de su cárdigan de lana merino y cachemira. Podía sentir el temblor de sus dedos, la forma en que coincidía con los latidos erráticos de su corazón.