La Atrevida Esposa del Sr. Tycoons 2

Capitulo 351 - 355

Capitulo 351: Escuchame

"Muy bien, cuéntame los detalles". Zhao Lifei tomó su taza de té de limoncillo. Después de cepillarse los dientes y tomar un desayuno rápido, finalmente se sentó en el jardín con Yang Ruqin. Tenía una manta sobre las piernas y estaba ansiosa por arrojarla lo más lejos posible.

Yang Feng no estaba a la vista y esperaba que volviera a trabajar. Se sintió culpable de que tuviera que correr a casa tan rápido. La única forma en que podía calmar sus preocupaciones era prometiéndole que no se esforzaría demasiado ni se iría a trabajar.

Yang Ruqin tomó un sorbo de su té y miró a su alrededor. Originalmente, estaba ansiosa por contarle todo a Zhao Lifei, pero ahora que ha llegado el momento de derramar un poco de té, no pudo encontrar las palabras adecuadas para ello.

"¿Bien?" Preguntó Zhao Lifei, dejando la taza. Levantó el tenedor y cortó la tarta de fresas. Sus ojos escanearon perezosamente el ambiente sereno y aislado. Estaban sentados debajo de una glorieta blanca, tomando la sombra de la luz del sol y disfrutando del buen tiempo al mismo tiempo.

"U-uhm ..." Yang Ruqin se humedeció los labios y jugó con el dobladillo de su vestido. "Yo-yo ..." balbuceó, levantando la taza de té y bebiéndola en unos pocos tragos. "¡IranintoYuPingluo!" Ella pronunció sus palabras al azar, fusionándolas en una oración.

"¿Eh?" Zhao Life tenía una expresión estupefacta en su rostro.

"Yo ... podría haberme encontrado con Yu Pingluo." Yang Ruqin susurró: "Bueno, correr no es el término adecuado para eso. Es más como si se hubiera presentado en mi casa, bueno, en tu casa, pero aún así".

"¡¿Qué?!" Zhao Lifei jadeó, su tenedor golpeando la hierba. Una doncella se adelantó de inmediato con un tenedor nuevo. "Gracias." Murmuró en voz baja, sorprendiendo a la criada que casi pierde el equilibrio.

Los ojos de la criada temblaron y su única reacción fue hacer una reverencia y escabullirse. Fue la primera vez que alguien expresó palabras de gratitud hacia ella.

"Dios mío, Qinqin. ¡Tienes que contar toda la historia ahora mismo!" Zhao Lifei exasperada, sus ojos clavados en Yang Ruqin, quien tomó su taza de té vacía, esperando algo para beber.

Por lo general, el trabajo de las sirvientas era rellenar las tazas, pero Zhao Lifei estaba tan ansiosa por escuchar el resto de la historia que tomó la tetera y la llenó para Yang Ruqin.

"Está bien, aquí no va nada ..." Yang Ruqin se apagó.

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Hace unos días.

¡RING! ¡RING! ¡RING!

"Oh, por el amor de todo lo sagrado, ¡¿te callas ?!" Yang Ruqin gritó desde lo alto de las escaleras, con los ojos muy abiertos de rabia. Llevaba su pijama de crayón shin-chan y el pelo de nido de pájaro. Era sábado por la mañana, un día en el que se suponía que debía dormir hasta la tarde. Eran apenas las seis de la mañana y alguien ya tocaba el timbre de la puerta principal. ¡Incluso los sirvientes aún no habían venido a trabajar!

¡ANILLO! ¡ANILLO!

"¡Dios mío, ya voy!" Yang Ruqin gruñó. Estaba lista para dar patadas laterales y judo a quienquiera que estuviera en la puerta. Ella nunca fue madrugadora y después de tantas noches sin dormir, estaba al borde de la locura. Abrió la puerta. "¿Quieres que te disparen? Porque así es como mis guardaespaldas te disparan ..."

Su racionalidad voló por la ventana, al igual que su alma actualmente va a la deriva hacia el cielo. Sus ojos aturdidos se abrieron una fracción. La despertó bruscamente una bofetada ante la presencia de un hombre al que nunca pensó que volvería a ver.