Capítulo 14 | ¿Durará para siempre?

9.2K 696 47
                                    

❃ MADISON 

Hoy la pasé increíble.

Pasé un hermoso día junto las personas más hermosas de mi vida.

Mi madre, mi padre y Chiara

Sonrío mirando al techo de mi habitación, mientras escucho Spirits de "We The Lion", mi banda favorita de indie folk.

Hace una hora recién llegamos a casa, y no esperé para darme un baño.

Necesitaba alinear mis pensamientos, y supe que lo necesitaba más cuando me quité los collares de piedra lunar para tomar mi baño.

Expulso un suspiro, recordando el por qué.

Cuando busqué información sobre el significado de una piedra lunar, supe que la vida me odiaba, o Chiara inconscientemente removió los sentimientos que intento sepultar.

"Una piedra lunar puede ayudar a abrir los sentimientos que se encuentren enterrados bajo capas de represión", es lo que resumí tras leer un artículo sobre la piedra lunar y su relación con los sentimientos.

Daniela y Fabián roncando muy plácidamente, y yo desvelándome con un artículo que al terminar de leerlo, solo me hizo pensar más en Chiara.

¡Qué suerte la tuya!

Luego de tomar una refrescante ducha, bajé a la cocina para ayudar a mi madre a preparar la cena. Sin embargo, mi padre se ofreció a hacerlo.

Mis padres decidieron cerrar mi cumpleaños con una deliciosa cena.

—Madison, cariño. 

Escucho la voz de mi madre detrás de la puerta.

—Dime, madre. —Me levanto de la cama, y me dirijo a abrirle la puerta.

—No me lo vas a creer —dice mi madre con los brazos cruzados.

—Qué sucede, madre. —Yo también me cruzo de brazos.

—Claudia está esperando en la entrada. Desea hablar contigo.

Inevitablemente, expulso un suspiro de cansancio.

—Ahora qué —digo.

—Me trajo un postre —dice mi madre, y enarco una ceja —. Se lo recibí, pero aún sigo muy resentida.

Cierro la puerta de mi habitación, y bajo con mi madre al primer piso.

—¿No quieres que vaya contigo? —me dice mi madre.

—Solo le pediré que se vaya —le digo.

Cuando llego a la puerta principal, la abro, y de nuevo Claudia y yo nos encontramos frente a frente.

—Feliz cumpleaños —dice Claudia, y con sus manos temblorosas me entrega un obsequio —. Por favor, perdóname.

Expulso un fuerte suspiro, y estiro mi brazo para recibir el obsequio.

—No sé si has decidido hacer las paces en mi cumpleaños porque piensas encontrarme con el corazón ablandado, pero de una vez te aviso que estás en lo incorrecto. —Me cruzo de brazos —. Sin embargo, te agradezco por el obsequio.

A pesar de que pueda estar enojada, jamás he sido maleducada con alguien. Incluso, he sido respetuosa, a regañadientes, con Lorenzo en sus momentos insoportables.

—Madison, si no vine antes fue porque no tuve valor para hacerlo. —Claudia expulsa un suspiro, y sus ojos se llenan de lágrimas —. Estaba muy asustada por todo lo que había ocasionado.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now