Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?

Capítulo 82 | Algodones desaparecidos

AVISO: En Instagram hice una encuesta sobre publicar los dos primeros capítulos de la maratón que ya tengo escrito, porque los demás capítulos aún no están terminados, puesto que el capítulo 83 contiene más de 20 mil palabras y me ha llevado tres días terminarlo. ¡Súper loco!, pero espero que haya valido la pena.

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Sin tener la mínima idea de lo que está sucediendo afuera de casa, Chiara continúa haciendo algodones de azúcar en la máquina que fue un obsequio de su amada Madison.

Los algodones son elaborados con tanto entusiasmo por parte de Chiara, que hace reír a su madre. Hanna camina por el jardín para acercarse a su hija.

Chiara se acomoda el sombrero, mientras suelta una pequeña risa cuando ve a su madre cerca.

─Vine a prepararles algo dulce ─dice Chiara ─. Ya deben estar llegando.

Hanna mira su reloj, aún con la sonrisa intacta.

─Dijeron veinte minutos. Ya han pasado veinticinco ─dice Hanna.

Madre e hija se miran entre risas.

─Seguro Fabián ha querido comprarse todos los snacks ─dice Chiara.

Con mucho cuidado, Chiara recolecta el algodón de azúcar con un palito.

─Y aquí hay uno más ─dice Chiara, reuniendo aquel algodón con los otros seis que ya están listos para comer.

Ninguna se lo espera, y quedan sorprendidas cuando escuchan la ambulancia.

─Qué ha pasado ─dice Chiara.

No lo piensa dos veces. Ella sale del jardín junto a su madre.

Por el momento, solo es la curiosidad la que provoca que corran por el pasillo principal. La señora Charlotte, abuela de Chiara, también se une a ellas y les sigue el paso.

Chiara abre la puerta, y su intriga aumenta cuando ve a varios vecinos amontonados a unas dos cuadras de su casa. Lo que le altera la respiración es ver a Karen y a su camioneta entre esas personas.

Chiara, una vez más no lo pienso dos veces, y sale corriendo hacia allá.

─¡Chiara! ─Su madre corre atrás de ella.

La señora Charlotte decide quedarse en la puerta, preocupada por lo que está presenciando a lo lejos.

Chiara y Hanna llegan hasta la multitud, y como todo un animalito escurridizo, Chiara se mete en medio de las personas hasta llegar el centro de todo, mientras su madre le pide volver con ella.

Chiara se cubre la boca al darse cuenta de que es Claudia a la que están subiendo a la camilla, mientras Karen no deja de sostenerle la mano.

─¡Permiso, por favor! ─dice un paramédico.

Las personas le dan espacio.

─Karen, qué ha pasado ─dice Chiara cuando la camilla pasa por su lado.

Chiara camina al lado de Karen, teniendo el pulso acelerado, al observar la sangre en la cabeza de Claudia.

─Estaba regresando a casa cuando me encontré a los vecinos auxiliando a Claudia ─dice Karen, mientras caminan hacia la ambulancia ─. Al parecer ha sufrido un robo.

Hanna se reúne con ellas. Al final pudo pasar entre todas estas personas.

Los paramédicos ingresan a Claudia a la ambulancia y preguntan si algún familiar los acompañará.