❁ CHIARA ❁
En este punto, sé que los chicos ya no luchan contra los recuerdos de esos días de encierro, sino que ahora abrazan esos recuerdos, y se los llevan sobre el hombro como si fueran una mochila de viaje, junto a los demás recuerdos de sus vidas.
Eso me hicieron entender en la conversación que tuvimos hace dos días. Cada semana nos gusta sentarnos a platicar sobre nuestros procesos de recuperación y cómo nos está ayudando las sesiones de terapia.
Hoy ya es 30 de julio del 2024, y no puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo.
Jamás hubiéramos imaginado estar en un aeropuerto todos juntos, con destinos diferentes.
Son las siete de la noche, y se hacen el llamado de un vuelo a España.
─Ese es mío ─dice Daniela.
Ella es la primera en abrazarnos. No quiero ponerme a llorar de la felicidad, pero de verdad estoy muy contenta de verla sonreír y lista para conquistar las ciudades que va a visitar.
La señora Carla también se despide de nosotros. A las dos les deseamos un feliz viaje.
Al tío de Madison también se lo deseamos. Me alegra ver al señor Gustavo y a la mamá de Daniela muy enamorados el uno del otro.
Por lo que sé, el tío de Madison pidió unas semanas de vacaciones, y se lo dieron.
─Mereces este viaje, tío ─le dice Madison al señor Gustavo, mientras se abrazan ─. Confío en que las vas a cuidar muy bien... Gracias por todo.
─Pero, señor Gustavo, solo le pido que no se enamore de España ─dice Fabián ─, porque aquí seguimos necesitando un capitán como usted.
Las risas no faltan.
─Disfruta tu viaje ─le dice Madison a Daniela, mientras nuestra amiga ya se aleja de nosotros.
Daniela jala su maleta sin dejar de mirarnos.
─¡Lo haré! ─dice Daniela ─. Me avisan cuando lleguen a sus destinos.
─Lo haremos ─le digo con una sonrisa, mientras ondeo mi mano en al aire.
─¡Saludos a Emilio! ─dice Javier.
─¡Dale muchos abrazos por parte nuestra! ─dice Fabián.
Daniela asiente. Junto a su mamá y al señor Gustavo, desaparece de nuestro campo de visión.
─Mis chicas ─nos dice Fabián.
Madison y yo nos abrazamos con Javier y Fabián, formando un círculo. Nos prometemos disfrutar hasta más no poder el viaje, porque lo merecemos.
─Solo espero que a mi sobrino no se le ocurra nacer ─dice Fabián, y echamos varias risas.
Pasan pocos minutos, y mi corazón se encoje cuando llaman el vuelo con destino a Estados Unidos.
Me despido de Fabián y Javier con un fuerte abrazo. Ahora sí podemos dárnoslo sin miedo. Ya no hay costillas rotas, hombro herido, cabeza delicada, abdomen lastimados ni golpes que nos impidan.
Fabián y Javier irán acompañados de sus papás. No solo es una visita a la hermana de Fabián, sino también un regalo que se dan a ellos mismos.
Me despido con abrazo de la señora Inés, el señor Enrique y la señora Alba. Se les nota la emoción de acompañar a sus hijos y pasar unas lindas vacaciones con ellos.
Llega el momento en que Javier, Fabián y sus papás se separan de nosotros.
─¡Saludos a Valentina! ─dice Karen a mi lado.
CZYTASZ
Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?
Dla nastolatkówHace muchos años para Madison fue una pesadilla tener en su vida a Chiara, y ansiaba tanto para que esa pesadilla terminara. Sus plegarias fueron escuchadas y aquella pesadilla terminó, pero trayendo consigo un sueño, aquel que para Madison es impos...