Capítulo 33 | Sabor a... ¿prohibido?

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MADISON

Ya nos encontramos en la tercera semana de clases. Todo ha estado yendo con normalidad.

Fabián, Daniela y yo continuamos siendo inseparables, excepto en el grupo de trabajo de un curso.

A veces me pregunto si la vida me detesta tanto como para ponerme a trabajar con alguien que he estado evitando en varias ocasiones.

Para algunos, Simón puede resultar agradable, pero a mí me causa todo lo contrario cuando intenta ganarse mi aprobación a toda costa.

¿O quizá puede ser que tengan ideas parecidas?

¿Y por eso siempre dirá sí a todo lo que comento?

No lo sé. Yo sospecho que quiere ganarse mi aprobación por Chiara. Por supuesto, él piensa que, ganándose mi confianza, estará más cerca de enamorarla. Sin embargo, está muy equivocado.

Estando a la merced de los rayos del sol, descanso a solas en las áreas verdes de la universidad.

Decidí alejarme del resto para poner en orden mis pensamientos.

Durante las semanas anteriores de clases, me gustó ver a Chiara socializar con sus compañeros de grupo. Al cuarto día de clases, almorzó con ellos y me encantó verla reír.

Ella me contó que se encuentra contenta y tranquila hasta el momento. Al principio, tuvo nervios, pero me confesó que se llenaba de seguridad cada vez que me veía. Así fue hasta que decidió soltarse y no perder esa confianza en ella misma.

Si soy sincera, a mí me encantaría tener a Chiara siempre conmigo, pero sé muy bien que si hago eso, no le daré la oportunidad de relacionarse con otros jóvenes, con aquellos que estudian y aspiran lo mismo que ella. Así que, solo me toca alentarle a que siga confiando en sí misma.

No aseguro que sus compañeros de grupo serán sus nuevos amigos, pero si en un futuro llegan a hacerlo, espero que sean sinceros y leales con ella. No hipócritas ni tampoco falsos.

Simón parece ser muy sincero, ah.

¡Por qué jodes mis buenos pensamientos!

Ahora no puedo evitar recordar lo que sucedió hace una hora aproximadamente.

Yo estaba tranquila comiendo en mi mesa, junto a Daniela, Fabián y Chiara. Esta vez ella comió junto a nosotros y no con su grupo, porque así lo quiso. Todo estaba yendo bien hasta que en la mesa de en frente se sentó a comer Simón.

Chiara al verlo lo saludó, moviendo su mano en el aire. Fabián y Daniela le sonrieron, y yo por respeto lo saludé con un asentamiento de cabeza.

Sé que Chiara y él no son los mejores amigos del mundo, pero suelen conversar cuando se encuentran en los pasillos o también por WhatsApp. Eso me contó Chiara. Así que, no fue ninguna sorpresa que Chiara nos preguntara si podía invitarlo a comer en nuestra mesa.

Yo acepté con un sabor amargo en el paladar, pero demostrando lo contrario con una sonrisa de boca cerrada. Estoy consciente que mi malestar no tiene que influir en ella, y tendré que soportar esa incomodidad que siento en el estómago.

No voy a negar los celos que siento de Simón al imaginar que algún día Chiara le hará caso. A él se le nota muy empeñado en conquistarla, y ella está contenta si pasa tiempo con él... Bueno, eso fue lo que deduje después de enterarme que Simón la invitó al cine.

Ellos tendrán una cita, que ya habían acordado el día de ayer mediante mensajes.

Por supuesto. No dijo la palabra "cita" en frente de nosotros, pero estaba más que claro.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now