Capítulo 19 | Una nueva seguidora

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MADISON

—Feliz cumpleaños, primo —le digo a Javier, mientras lo abrazo.

Le doy su obsequio, y él me agradece.

Fabián, Daniela y Chiara también lo felicitan, y le entregan sus obsequios.

Recuerdo a Daniela desesperada porque no sabía qué obsequiarle a Javier. En hora buena, Fabián le ayudó a comprar un obsequio que le gustaría mucho a Javier.

Este año mi primo quiso celebrar sus diecinueve años afuera de casa. Por eso, estamos en el centro comercial. 

Veremos una película en el cine y después iremos a cenar.

La idea de Javier era invitarnos a nosotros; es decir, correr con todos los gastos. Sin embargo, yo me negué y con los demás acordamos consentirlo.

Bueno, creo que olvidaron acordar con alguien.

—¡Hola, chicos! —dice la amiga de Javier, al salir recién del auto de mi primo —. Soy Olenka. Mucho gusto.

Le correspondemos el saludo, y a Javier le toma unos segundos para guardar sus obsequios en su auto.

Ya estando todos listos, nos dirigimos al cine.

—Vi la noticia de esta mañana. Qué horrible lo que sucedió —dice Javier a mi lado cuando nos separamos de los demás.

Nosotros nos ofrecimos a hacer cola para comprar las entradas.

—Sí. Me enoja lo cierto que puede ser de la teoría de sus amigos —le digo a mi primo.

Esta mañana salió en las noticias el hallazgo de un cuerpo sin vida, tirado en un descampado. Un oficial de policía dio una declaración sobre cómo encontraron el cuerpo.

Esa persona estaba desnuda, con muchos golpes en su cuerpo, y llevaba las manos atadas con un pañuelo de colores. El oficial no mencionó que aquellos colores eran de la bandera LGBT, pero los amigos de esa persona lo confirmaron después de que la madre de la víctima identificara el cuerpo.

Fue nostálgico ver, en la televisión, las fotos de ese joven hombre, ya que en cada una posaba con una sonrisa. Además, él con mucho orgullo lucía la bandera LGBT+ sobre su espalda, al igual que el pañuelo que siempre llevaba en el brazo cada vez que salía de fiesta. Más detalles como estos fueron dados por sus amigos en las redes sociales.

Ellos piensan que lo mataron por ser gay, ya que él no tenía ningún problema con nadie, excepto con las personas homofóbicas con las que se encontraba en la calle.

La mayoría piensa que fue parte de una venganza, porque la madre de la víctima declaró que, viendo el cuerpo inerte de su hijo, el hecho de que se ensañaron con él es muy evidente.

—Tengo mucho miedo —me susurra Javier.

—Por qué —le digo, y él desvía la mirada.

—Tengo miedo de que alguien me haga daño solo por ser homosexual —me dice en voz baja.

Lo abrazo de lado, e intento tranquilizarlo.

Sí, es cierto que no estamos seguros. Sin embargo, tampoco es justo vivir ocultos o reprimirnos solo porque no somos aceptados por completo en este mundo.

—No debes estar preocupado en el día de tu cumpleaños. Así que, sonríe como yo. —Finjo una sonrisa muy grande.

Javier ríe fuerte, y yo aprieto los labios para no reírme, ya que todos miran raro a Javier.

Llega nuestro turno, y no solo compramos las entradas, sino también compramos los boletos para adquirir los combos de pop corn y gaseosas.

Le pregunto a Javier si quiere comprar algo en especial para comer, y él niega con su cabeza y arrugando su nariz.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now