Capítulo 69 | El dulce sabor del... ¿perdón?

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Mientras que el viento hace que las hojas de los árboles revoloteen, Lorena platica con Chiara sobre lo ocurrido hace varios años.

En el 2016, a la edad de los doce, Chiara y Lorena se volvieron inseparables desde la primera vez que se conocieron en aquel colegio que para Chiara era completamente nuevo. A ambas les gustaba pasar tiempo juntas.

Para Chiara, Lorena hizo menos difícil el cambio radical que fue provocado tras el matrimonio de su padre con Karen. Mientras tanto, para Lorena, Chiara se había convertido en la hermana que siempre ansió para que dejara de sentirse tan sola.

Durante el primer año en que se conocieron, todo fue risas y la amistad fue fortaleciéndose cada vez más. Nunca imaginaron que, en el 2017, un nuevo integrante conformaría esa amistad. Un nuevo chico de 13 años había llegado a la escuela. Lorena fue la primera en hablarle y lo invitó a comer junto a Chiara y ella. El jovencito aceptó encantado, debido a que comería con la chica que le robó el aliento ni bien ingresó al salón de clases: Chiara.

Ese par de ojos esmeraldas y la melena rubia eran capaces de robar muchos suspiros inocentes.

Elías se hizo querer por ambas jovencitas, y desde ese momento se volvieron amigos inseparables. El tiempo pasó volando, pero ellos eran felices, teniéndose uno al otro.

Lo curioso es que aun sabiendo eso, Lorena no contaba nada de la vida que llevaba en su casa. Para Elías y Chiara, Lorena llevaba una vida armoniosa en su hogar como ella les hizo creer.

Llegó el 2018, Chiara a sus quince años descubrió lo que era sentir mariposas en el estómago, pero por alguien que no debía. La pobre se asustó demasiado, y se decía a sí misma que Madison era su hermanastra y que era incorrecto verla de manera diferente.

A pesar de ello, no podía evitar ponerse nerviosa teniendo a Madison cerca. Ellas ya no eran unas niñas, sino dos jovencitas en una etapa donde las ilusiones se abren como pétalos de rosas.

A pesar de lo lindo que sonaba eso, Chiara se sentía aterrada. No sabía qué hacer con las mariposas que Madison hacía revolotear dentro de ella. Cada día lo que sentía por Madison incrementaba, y cómo no iba a suceder eso si Madison sin querer la dejaba cautivada con su disciplina, su inteligencia, sus habilidades y más cualidades que la hacían ser ella misma.

Eso a Chiara le aceleraba el corazón y ni siquiera podía decirlo en voz alta a solas.

Chiara no fue capaz de contárselo a nadie.

Chiara ya no sabía qué hacer hasta que un día Elías se arrodilló ante ella con todos sus compañeros contemplando la escena alrededor de ellos. Chiara no se lo esperaba, ni siquiera lo había imaginado, pero al parecer ella era la única, porque sus compañeros, incluidas Madison y Lorena se habían dado cuenta que Elías no solo la veía como su mejor amiga.

Elías ya había hablado con Lorena y fue ella quien le ayudó a organizar toda la sorpresa en el salón de clases. A Chiara le tomó varios segundos regresar a la realidad, y darse cuenta de que su mejor amigo le había preguntado si quería ser su novia con un ramo de flores en su mano.

Madison al ver a Elías arrodillado le dijo a Fabián en voz baja que cómo es posible que Elías le pida a Chiara ser su novia con un ramo de flores que ni siquiera son las favoritas de su hermanastra. Aunque Madison no lo admitiera en voz alta, en su interior suplicaba para que Chiara no aceptara ser la novia de Elías.

Chiara en este momento recordó lo que Madison le hacía sentir, pero al ver a Elías con los ojos llenos de esperanza y escuchar a sus compañeros vociferando que le dé el sí, Chiara se obligó a no creer lo tan verdadero que podían ser sus sentimientos por Madison.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now