Capítulo 48 | ¿La familia perfecta?

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Fabián se separa de Javier, y ambos pasan saliva con fuerza, mientras mantienen su mirada fija en la puerta.

La enfermera sonríe a los muchachos, y procede a informarle a Javier que sus padres desean verlo.

¡Vaya! Ninguno de los dos jovencitos se esperaba esa reacción tan tranquila de la enfermera.

Los chicos por una parte respiran tranquilos, al ver que la enfermera no se ha escandalizado. Sin embargo, en cuestión de segundos, Javier se muestra preocupado al no estar listo para ver a su madre.

—Quiero decírselo a mi padre, pero no con ella presente —dice Javier.

—No te preocupes. Yo me encargo —dice Fabián —. Solo una pregunta. ¿Madison puede saber lo que me contaste?

Javier asiente con la cabeza.

—Si tú se lo cuentas, quizá evite que me reclame por haberme quedado callado y soportado todo esto solo —dice Javier.

Fabián suspira, y sujeta las manos de Javier.

—Tú puedes —dice Fabián, dándole un suave apretón.

Javier asiente con su cabeza, y le dice a la enfermera que solo pase su padre.

—Bueno, nos vemos luego para continuar lo del beso —dice Fabián.

—Ok —dice Javier muy sonriente.

Fabián se acerca a la enfermera que lo espera en la puerta.

—Fabián —dice Javier de repente.

Fabián voltea a verlo con una sonrisa.

—Yo también estoy muy loco por ti —dice Javier.

—Qué afortunado soy. —Fabián le manda un beso volado.

Javier coge el beso en el aire y se lo lleva a su corazón.

—Nos vemos en un rato —dice Javier, y Fabián sonríe más.

Esta vez Fabián sale de la habitación y le sigue el paso a la enfermera.

—¿Son novios? —dice la enfermera.

—Aún no, pero está dentro de todo lo que quiero para nosotros —dice Fabián.

La enfermera y él llegan a la sala de espera, y ella anuncia que Javier quiere ver a su padre.

Alba se niega inmediatamente, y con su esposo hablan con la enfermera para que ingresen los dos, mientras que, en un rincón de la sala, Fabián le cuenta a Madison lo que Javier vio para que se ponga tan mal.

Los ojos de Madison se hacen más grandes, y Fabián le pide que guarde la compostura.

—Tú eres su sobrina. No se verá tan raro que impidas que tu tía ingrese —le dice Fabián en voz baja.

Madison empuña sus manos y toma aire con fuerza para luego asentir con su cabeza. Mientras tanto, Daniela y Chiara, en su interior, se preguntan qué está pasando.

Madison no espera un segundo más para acercarse a sus tíos.

—Tío, ve a ver a mi primo —le dice Madison a Enrique, y fija su mirada en su tía —. Estoy segura de que mi primo muere por ver a su madre, solo que no quiere verla llorar por él.

Alonso apoya a su hija, y anima a su hermano a no perder más tiempo.

—Pero... —dice Alba.

—Ve a lavarte la cara para que Javier no te vea así —le dice Madison.

Es que ese era el truco de Alba, Madison.

Ella quería que su hijo la vea con el maquillaje corrido y los ojos hinchados para que se compadezca de ella y no le cuente a su padre la verdad.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora