Capítulo 25 | Amante favorita

9K 596 72
                                    

❃ MADISON 

Transcurren pocos minutos, y llegamos al lugar donde se está organizando la fiesta. Fabián silva al ver la enorme casa que está frente a nosotros. Aparco el coche al lado de otros, y descendemos.

—¡Chicos! 

Escucho la voz de Javier a mis espaldas, y giro rápido hacia él.

—Hola. Pensé que ya estarías adentro —le digo, y nos saludamos con un abrazo.

—Hola, chicos —Javier también les saluda con un abrazo a Fabián y a Chiara —. Mejor quise ingresar con ustedes —me dice.

—¿Todo tranquilo? —le digo a Javier, y él no demora en asentir con su cabeza.

—Sí, sí. Solo que no me gusta estar en un lugar donde no conozco a nadie —dice, mientras caminamos hacia la entrada de la casa.

—Conoces a Marco —le digo con gracia, y él se cruza de brazos.

—Él por ser el anfitrión estará muy ocupado como para estar acompañándome solo a mí —dice Javier.

—No creo que tenga ningún problema con hacerte compañía —le digo en voz baja, solo para él.

Javier se pone rojo, porque sabe muy bien que lo que digo es cierto. Marco mostró su interés en mi primo desde que lo conoció, pero Javier siempre se ha portado reservado con él.

La música electrónica, que ya se escuchaba desde afuera, impacta con más fuerza a mis oídos al ingresar a la casa.

El ambiente está alumbrado por luces rojas, y alrededor hay muchas decoraciones alusivas a esta fecha del amor y la amistad.

Sostengo fuerte la mano a Chiara, y junto a los demás caminamos entre la multitud, en busca de algún lugar para estar cómodos.

Algunas parejas están bailando, y otras están besándose en los sofás. Justo pasamos por una pareja de lesbianas que están apoyadas en la pared, mientras se besan.

De forma inevitable, miro a Chiara, y la encuentro mirando fijamente a esa pareja. Ella deja de hacerlo cuando una de las chicas abre los ojos y justo se encuentra con la mirada de Chiara y luego la mía. 

La apego más a mí cuando la chica nos mira mal.

—No quise incomodarla —me dice Chiara.

—Para la próxima vez, sé que no te quedarás viendo cómo se besan —le digo con gracia para hacerla reír, y lo que consigo es que ella entierre su rostro en mi brazo descubierto, mientras sonríe.

Nadie jamás había hecho eso conmigo, y me parece algo divertido y dulce al mismo tiempo.

—¡Mejor vamos a la cocina! —me dice Fabián, y yo asiento con mi cabeza.

Cuando llegamos a la cocina, todos quedamos sorprendidos, y rápidamente miramos a otro lado que no sea Marco y el chico con quien está besándose y acariciándose.

—Disculpen, chicos. Pasen, pasen —nos dice Marco.

Un poco incómodos por haber llegado de inoportunos, ingresamos por completo a la cocina.

Veo que Marco le hace una seña al chico con el que se estuvo besando, y este sale de la cocina tras expulsar un bufido.

—Mis padres cuando lleguen mañana de sus vacaciones se habrán arrepentido de adoptarme al ver todo el desastre —dice Marco.

Todos expulsamos pequeñas risas para que el ambiente deje de estar tenso.

—Lamentamos haber interrumpido —le dice Javier a Marco.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now