Capítulo 67 | ¿Un temor más al descubierto?

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MADISON

─¡Pero por qué te quitaste tu tierno disfraz! ─dice mi prima Katy, abrazándome de lado.

Solo expulso una pequeña risa, mientras avanzo con la sobrina de mi padre hacia los demás invitados.

El centro de la fiesta de nuevo es en el jardín, que está decorado con calabazas aterradores y pequeños focos de luces anaranjadas.

Mi madre dijo que no usáramos la piscina, pero sus propios sobrinos la desobedecieron.

Las canciones de reggaetón moderno le ponen armonía al ambiente en este momento.

Fabián y Daniela se encargaron de recibir a los invitados, mientras Chiara y yo nos cambiábamos. Ellos terminaron antes de alistarse, porque optaron por no quitarse el maquillaje personalizados de sus rostros. En cambio, Chiara y yo necesitamos de una ducha urgente para quitarnos la sangre falsa de nuestros cuerpos y rostros.

Para no demorarme más, elegí rápido mi atuendo. Opté por vestir un pantalón jean corte sirena y un top negro, cuyas tiras se cruzan por mi cuello. Uso un par de botines de cuero negro y taco aguja, y un sobrero de bruja.

Todos tenemos que llevar algo relacionado a esta fecha.

Quise bajar con Chiara al jardín, pero me pidió que me adelantara. Insistí en quedarme afuera de su habitación a esperarla, pero apareció mi madre y me hizo bajar al jardín, ya que yo soy la anfitriona, lo que me hace también encargada de que no armen un desastre.

Fabián y Daniela ya me dieron el aviso de que ya están aquí todos los invitados que me confirmaron que vendrían.

─Al fin vino a divertirse nuestro algodón de azúcar no comestible. ─Ríe mi primo Samuel, sobrino de mi madre.

¿Debería agradecerles a mis padres por enviar mis fotos con el disfraz a todos nuestros familiares?

Sonriente, meneo mi cabeza, mientras recibo la bebida que Daniela me alcanza.

─Sin alcohol como te gusta. ─Daniela me guiña.

─Gracias ─le digo.

Le doy un sorbo a mi bebida. Al estar helada, refresca demasiado mi garganta. Efectivamente, no tiene alcohol y para mí eso lo hace más agradable.

─Mira, Madison, lo que estoy comiendo. ─Mi prima Salomé se une a nuestro grupo.

Sonrío al verla comer gustosa su algodón de azúcar.

─¡Hey, con cuidado! ─digo, mirando hacia la piscina ─. ¿A quién van a tirar? ─Mi ceño se frunce.

─Simón perdió un juego. Por eso, le toca caer al gua ─dice Fabián, acercándose a nosotros.

Expulso un suspiro, llevándome una mano a la frente.

Solo a Simón se le ocurre jugar con mis primos, un grupo de chicos que se conocen y siempre se apoyarán en sus trampas.

─Pero no ha traído un cambio ─le digo.

─Mejor. Así vemos lo que esconde debajo de esa ropa ─dice Salomé.

Yo la miro con el ceño fruncido.

─Tranquila, Madison. Yo le puedo prestar ropa ─dice Fabián ─. Es más ahorita voy a mi casa a traérsela.

─Gracias ─le digo, y le doy otro sorbo a mi bebida.

Fabián se aleja con dirección a la salida del jardín. Al seguirlo con la mirada, me percato de que Javier le hace el alcance.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now