Capítulo 45 | La primera vez

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❁ CHIARA 

¡Ya estamos de vacaciones!

La última semana de este ciclo universitario sí que no estuvo nada fácil, y más con los trabajos grupales.

Sabía que iba a ser difícil realizar el proyecto final junto a Ximena, Lilian y Jonathan. Sin embargo, tuve que ponerme fuerte ante las adversidades y actué con profesionalismo. Claro que la incomodidad se podía notar a leguas, pero no estaba dispuesta a arruinar mi promedio por aquel problema.

Sí, claro que aún las heridas ardían con cada bonito recuerdo, porque esos son los que más duelen. Sin embargo, los malos recuerdos eran los que me ayudaron a ponerme fuerte y no mostrarles qué tan afectada estoy.

La tranquilidad, satisfacción y alegría que sentí, al ver los resultados de mis trabajos finales, jamás podría describirlos en una hoja.

Me sentí orgullosa de mí por haber culminado muy bien este quinto ciclo de mi carrera profesional, pero también porque a pesar del miedo que sentí al inicio de clases, pude superarlo y lograr desenvolverme en las materias de una manera en la que jamás creí que lo haría.

Mi último día de clases fue el miércoles, pero recién antes de ayer, jueves, subieron el promedio final de cada curso al sistema, y esa misma noche se lo mostré muy contenta a mi papá y a Karen. Claro que a mi mamá también se lo mostré, y fue a través de una videollamada.

Madison también estuvo muy contenta por mí. Fue ella la primera persona en felicitarme, y juntas celebramos nuestros excelentes resultados.

Saber que salimos muy bien hizo que mi papá y Karen se fueran de viaje muy tranquilos. Ellos en estos momentos están en Trujillo, aprovechando el feriado largo por las Fiestas Patrias.

Mi papá quiso que Madison y yo vayamos con ellos, pero ambas preferimos pasar nuestro feriado largo a solas.

Mirándome frente al espejo de mi tocador, mientras me peino lentamente, recuerdo lo que hicimos el viernes en la mañana, después de que su mamá y mi papá se marcharan.

Prácticamente, Madison fue a mudarse a mi habitación, y aunque a mí también me hubiera encantado disfrutar de sus besos y sus caricias, consideré que no podíamos desaprovechar el solcito estando encerradas en mi habitación. Así que, la piscina fue nuestra siguiente parada.

Para nadar en mi casa uso un simple bikini, que es más un top y un short de tela. En cambio, Madison sí usa verdaderos bikinis de dos piezas.

Anteriormente, cada vez que la veía usar sus bikinis no podía dejar de apreciarla, y ayer no fue la excepción. Cuando la vi con ese bikini negro, mi mente voló por completo. Al primer segundo dejé de nadar por la cautividad que ella provocó.

Madison me ha gustado desde hace mucho, pero antes de que sea mi novia, los pensamientos llenos de deseo carnal no habían invadido mi mente, y aquella mañana en que los rayos del sol nos alumbraban, imaginé con besar y acariciar absolutamente cada parte de su cuerpo.

Madison estaba consciente que me había dejado hipnotizada, y no fue hasta que la tuve tan cerca de mí, que me di cuenta de que estaba dentro del agua.

—Parece que necesitas un beso para regresar a la realidad —me dijo al oído.

Yo estuve contenta con recibir el sabor de su boca. La frialdad que se podía sentir por momentos me encantó, y el juego que nuestras lenguas hacían lo disfrutamos tanto. En cada segundo que pasaba, sentí que las llamas apasionadas nos rodeaban sobre el agua.

La confianza entre nosotras ha crecido cada día, y mi cuerpo se lo demostró cuando se estremeció de placer con sus caricias en mis zonas erógenas.

¡Santo cielo! ¡Cómo mi cuerpo ardió en medio de las frías aguas!

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now