Capítulo 70 | Algodones envueltos de pasión

4.5K 229 29
                                    

CHIARA

Este año ha estado lleno de sorpresas.

Recuerdo que, en las celebraciones de Año Nuevo, pedí que sea un año tranquilo.

Pedí no ser tan despistada para que ningún otro carro atende contra mi vida.

O que tú no atentes contra el carro.

Sí, también.

A lo que voy es que de tranquilo este año no ha tenido nada.

Siento que este año me han ocurrido muchas cosas, pero todas ellas han dejado un aprendizaje en mí.

Jamás imaginé confesarle mi amor a Madison, ni mucho menos que ella me confesara el suyo. Por nada del mundo, imaginé que viviría tantas aventuras con ella.

Me siento como una niña exploradora en un mundo nuevo, donde no solo he conocido personas nuevas, sino que ahora personas de mi pasado han vuelto.

¿Cómo me siento al respecto? Con ansias de ver lo que pasará.

Me encuentro contenta con el reencuentro que tuve con Lorena y Elías. Yo los sentí muy honestos. Confío en que lo han sido, pero eso no quiere decir que ya volveremos a ser mejores amigos.

Antes de despedirnos hoy en el parque, les aclaré que los dejaré entrar a mi vida con la condición de volvernos a conocer. Lo que busco es tratar con las nuevas personas que son ahora y que ellos traten con la nueva persona que yo siento que soy.

Pueda que aún tenga un corazón bondadoso, pero a diferencia del pasado, he demostrado darme mi propio valor y mi lugar. Ya no estoy dispuesta a quedarme callada o que pisoteen mis sentimientos.

Lorena y Elías se mostraron comprensivos, y aceptaron mis condiciones.

─¡Chiara, ven que te necesito! ─dice Madison desde el jardín.

Echo una risa por las palabras que usa.

Madi me dijo que limpiaría el carrito de azúcar, mientras yo terminaba de ordenar mi habitación.

─¡Ya voy! ─le digo.

Doy una vista panorámica a mi habitación para verificar que todo esté en orden para esta noche.

Otra vez estamos solitas en casa.

Salgo corriendo hacia el primero piso. Apurada me dirijo al jardín.

Me quedo fascinada al ver a Madison al lado del carrito de azúcar que me regaló.

─La máquina sigue funcionando muy bien ─dice Madison.

El carrito de azúcar está encendido.

─Me alegra mucho. ─La abrazo.

Unimos nuestros labios, y todo de mí empieza a latir con desenfreno.

Echo un suspiro sonriendo cuando nuestras bocas se separan.

─Por mí te besaría cada segundo ─dice Madison.

Me pierdo en el destello de sus oscuros ojos marrones.

─La próxima semana cumplimos siete meses de noviazgo ─le digo ─. Quién lo hubiera imaginado.

─En mis sueños pasamos los 50 años de casadas ─dice Madison con una sonrisa.

Echo una risa por esos sueños que yo también he tenido, y que están escritos en muchas de mis historias.

─Ansío que esos sueños se hagan realidad ─dice Madison.

Su mano acariciando mi mejilla me llena de tanta tranquilidad.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora