Capítulo 81 | ¿Al fin libre?

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MADISON

La universidad me tiene devuelta con un vendaje en la frente.

Tan inesperado y sorprendente.

Las clases han estado más intensas, pero eso no es lo que me tiene frustrada, sino el ardido de Jonathan.

Me lo encontré en el patio de comida y tuvo el descaro de sonreírme. Se notaba la burla en su mirada. Lo bueno es que esa sonrisa se le acabará en unos minutos.

Lunes, 27 de noviembre del 2023, será una fecha en la que se orinará en los pantalones. Tan solo estoy esperando a que esta segunda clase termine.

─Eso sería todo por la clase de hoy ─dice el profesor ─. Nos vemos en la próxima clase.

─¡Aleluya! ─dicen Fabián y Daniela al unísono.

Ellos y algunos compañeros ríen. A mí se me escapa una sonrisa. En cambio, el profesor niega con la cabeza sin dejar de mirarlos.

Guardo mis apuntes en mi mochila. Espero a que Daniela, Fabián y Simón terminen de guardar sus cosas.

Expulso un pequeño suspiro cuando lo hacen y salimos del salón. Por desgracia, estamos en el penúltimo piso. Así que, hacemos uso del ascensor.

Menos mal que somos los únicos adentro.

─¿No quieres que te acompañemos? ─me dice Simón.

─Yo también quisiera ir ─dice Daniela, observando su aspecto en el espejo del ascensor.

─No es necesario ─les digo ─. No queremos que esto se haga más grande.

─Y yo que quería ejecutar los pasos de taekwondo que aprendí en la televisión. ─Fabián empieza a dar patadas torpes en el aire.

El ascensor se abre, y dos profesores quedan sorprendidos por lo que encuentra. En buena hora, solo Fabián ha hecho el ridículo.

Los profesores ingresan al ascensor y los saludamos con respeto. Fabián es el único que tiene todo el rostro enrojecido.

Daniela y Simón se están aguantando de la risa.

A mí también me causa gracia, pero respiro hondo para enfocarme solo en el objetivo de esta tarde.

Llegamos al primer piso, y al final salimos del ascensor. Ubico a Jonathan con la mirada, y me despido de mis amigos.

─Regresen con cuidado a casa ─les digo.

Ellos me desean buena suerte en mi misión.

Camino apresurada por el pasillo principal. Cuando logro salir de la universidad, busco con la mirada la camioneta de mi tío Gustavo.

Sonrío cuando la ubico y salgo corriendo hacia allá.

Siento que mi pulso se acelera.

Abro la puerta del copiloto e ingreso.

─Buenas tardes ─les digo a los tres hombres.

Mi padre, Lorenzo y mi tío Gustavo corresponden mi saludo.

─Después de que salga de la universidad, se irá caminando hacia su casa ─les digo, mientras mi adrenalina incrementa.

─¿Vive cerca de aquí? –dice mi tío Gustavo.

─Fabián le sacó información a una de sus ligues ─digo con una pequeña sonrisa.

─Entonces, si es así, debemos tener cuidado ─dice mi tío Gustavo ─. No quiero que mi institución me suspenda por asustar a un universitario. Debería comportarme con un verdadero Capitán que solo se enfoca en atrapar criminales.

Dos algodones de azúcar sabor a... ¿prohibido?Where stories live. Discover now